Agua y ejercicio favorecen la mente en personas adultas mayores

Existe mejoría y agilidad mental por el consumo de agua y la práctica de actividad física en personas mayores de 55 años según experimento

El estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Fisiología (APS, por sus siglas en inglés) en el evento Experimental Biology 2018, realizado en San Diego, Estados Unidos, explora la relación entre el estado de hidratación y la función cerebral antes y después de practicar actividad física en personas adultas mayores.
La investigación se realizó porque el conocimiento sobre los efectos de la deshidratación en la población de mayor edad, en comparación con lo que se conoce del rendimiento del ejercicio y la función cerebral en los jóvenes, es muy poco.

La metodología del estudio consistió en reclutar ciclistas recreativos, con un promedio de 55 años de edad, que participaron en evento de ciclismo en un día cálido.

Los ciclistas realizaron una prueba de función ejecutiva conocida como el «test del trazo», que conecta de manera rápida y precisa los puntos numerados con papel y lápiz, antes y después del evento de ciclismo. El test incluye las habilidades necesarias para planear, enfocar, recordar y realizar múltiples tareas.

Posteriormente, se analizó la orina de los participantes antes de hacer ejercicio y dividieron la muestra en dos grupos: hidratación normal y deshidratación. Después de la prueba de ciclismo, el grupo de hidratación normal demostró una mejora notable en el tiempo de finalización del test del trazo. Si bien el grupo de deshidratación, es decir, que no bebieron agua también completó el test, la reducción de tiempo no fue significativa.

 El doctor Brandon Yates, del Spaulding Rehabilitation Hospital, en Estados Unidos, concluye que “la deshidratación afecta la tarea del test del trazo en adultos de mediana edad y adultos mayores después del ejercicio de resistencia” por lo que indica que el agua sí favoreció los resultados.

En este sentido, según el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), la ingesta de agua en las personas adultas mayores debe realizarse de forma gradual a lo largo del día. Se recomienda tomar un vaso de agua en cada una de las comidas del día (desayuno, comida, merienda y cena), para favorecer la ingestión de sólidos, así como que se tomen, al menos, otros cuatro o seis vasos de agua repartidos en el resto de la jornada.

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 Fuente: Beber agua ayuda a los mayores a mantenerse mentalmente en forma

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