La agresividad es una actitud constante en el tránsito, que puede causar graves accidentes, además de situaciones estresantes. El profesor Dr. David Herrero, del área de Psicología de la Universidad Europea del Atlántico, que participa de la red de universidades que integra FUNIBER, analiza algunas cuestiones importantes sobre las reacciones emocionales en la seguridad vial
¿Quién no conoce una persona pacata, tranquila, que al entrar en el coche y coger el volante se transforma y se presenta como agresivo o impaciente? Estas emociones comunes en el tránsito pueden ocasionar reacciones violentas y accidentes graves. Según la Agencia Federal para la Seguridad del Transporte en Carretera de Estados Unidos, dos tercios de las 250.000 muertes ocurridas en accidentes de circulación entre 1990 y 1996 se debieron a conductas agresivas o parcialmente violentas.
¿Pero podemos controlar nuestras emociones y evitar los accidentes? En un estudio desarrollado en España, se ha observado que en general las personas se perciben a sí mismos como menos agresivos que a los demás. Si no conocemos las emociones, será más difícil controlar nuestras reacciones emocionales. Así, quizás, la primera medida preventiva debe ser la educación emocional.
El profesor de la Universidad Europea del Atlántico, David Herrero, es doctor en Psicología y especialista en Psicología del Tráfico y Seguridad Vial, con investigaciones sobre cómo emociones negativas, como la ira y el miedo, pueden dominar las actitudes a la hora de conducir. Estas emociones pueden determinar cómo reaccionamos en determinadas situaciones y generar respuestas como, por ejemplo, frenando o acelerando el coche.
“Cada persona tiene aprendidos una serie de comportamientos para actuar ante las diversas situaciones que ocurren en la vida”, dice el profesor. Además, resalta que los factores culturales pueden determinar diferente formas de reaccionar a los acontecimientos.
El Dr. Herrero afirma también que en la formación de conductores en España no se incluye la educación emocional que sería un aspecto clave para evitar la mala praxis de la conducción.
Él destaca que los profesionales e investigadores en Psicología pueden contribuir con estudios y estrategias de intervención que puedan prevenir la agresividad, o colaborar para manejar las reacciones emocionales en la conducción.
A continuación, la entrevista completa: