A medida que el gigante de las redes sociales TikTok se hace más y más popular, aumenta la posibilidad de desinformación entre los usuarios, y es difícil encontrar hechos realmente verificados.
Al mismo tiempo, las enfermedades mentales entre los adolescentes y los adultos jóvenes también están aumentando rápidamente. Los psiquiatras suelen recomendar que se afronte el trauma compartiendo las experiencias en entornos de grupo conocidos tras recibir ayuda profesional.
Este entorno seguro contrasta con TikTok, que se ha convertido en una plataforma sin filtros en la que expresar traumas, ansiedades y temores en medio de una ola de problemas de salud mental exacerbados por la pandemia. En las redes sociales, los creadores pueden decidir los temas que tratan y la actitud con la que lo hacen. Aunque el uso inicial de esta plataforma para ayudar en los problemas de salud mental fue positivo -al utilizar Internet se borraron muchos estigmas de la salud mental-, también existen muchos riesgos.
Uno de los principales problemas de que los consejos y la concienciación sobre la salud mental sean tan abiertos en Internet es que el público más joven es más propenso a auto diagnosticarse basándose en lo que ve y oye en TikTok. Esto podría llevarles a cambiar sus comportamientos y hábitos sin supervisión profesional, lo que puede ser peligroso. Dado que muchos influencers en la aplicación tienen problemas de salud mental y son abiertos al respecto, sus seguidores pueden intentar copiar sus hábitos porque admiran a esa persona, aunque ellos mismos estén mentalmente sanos.
Las redes sociales pueden ser una poderosa herramienta para acabar con los prejuicios y cuestionar las cosas que no funcionan bien. Pero muchas personas se confunden o se auto diagnostican por lo que ven en las redes sociales, a menudo publicado por personas completamente desconocidas. Muchos adolescentes se imaginan que tienen un trastorno cuando en realidad solo están pasando por un proceso natural. Su personalidad aún se está desarrollando y no padecen ningún trastorno. Simplemente están pasando por una etapa con picos de sufrimiento.
Pero los peligros no son solo para los que siguen a los creadores de contenido, también puede afectar directamente a los propios influencers. Estas personas han compartido que cuando publican un vídeo abierto y vulnerable sobre sus problemas de salud mental, se ven abrumados por las respuestas que reciben, a menudo en forma de miles de mensajes privados pidiéndoles consejo, aunque no sean profesionales de la salud mental. Si estos creadores trataran de responder a todos los mensajes que reciben, dañarían su propia salud mental.
Algunas aplicaciones de las redes sociales están tratando de proporcionar a los usuarios la información correcta sobre salud mental redirigiéndolos a sitios profesionales. En junio, Instagram lanzó el Proyecto de Bienestar Colectivo, un programa piloto en Estados Unidos para formar a unas 50 personas en la creación «responsable» de contenidos relacionados con el bienestar emocional. Cuando un usuario busca contenidos relacionados con los trastornos alimentarios o el suicidio, aparece automáticamente una pestaña con información y formas de contactar con organizaciones con conocimientos específicos. TikTok también ha implementado algunas medidas para combatir el problema. Cuando un usuario busca contenido sobre conductas suicidas, la aplicación muestra información sobre líneas de ayuda para la prevención del suicidio. TikTok tiene más de mil millones de usuarios en todo el mundo, el 33% de los cuales son menores de 25 años.
FUNIBER ofrece una variedad de cursos universitarios en torno al estudio de la salud mental. Algunos de estos programas son la Maestría en Psicología Clínica y de la Salud y la Maestría en Intervención Social y Comunitaria.
Fuente: The dangers of TikTok mental health advice
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