En una entrevista para el programa BBVA Aprendemos Juntos, el escritor, psicólogo y periodista Daniel Goleman destaca la importancia de enseñar emociones y concentración en la escuela.
El psicólogo Daniel Goleman, autor del bestseller «Inteligencia emocional», cree que debemos enseñar a todos los niños a desarrollar la inteligencia emocional. Para él, que escribe regularmente sobre el comportamiento en The New York Times, «tener inteligencia emocional es principalmente escuchar lo que las emociones te dicen y asegurarte de poder manejarlas», dice.
Los padres son los primeros profesores emocionales de los niños. Desde que nacen, los miembros de la familia muestran cómo responder a las emociones. Luego, en la escuela, los profesores pueden ayudar a los niños a convertir sus emociones en herramientas de autoconocimiento, empatía, capacidad social, entre otras acciones que pueden ayudar en las relaciones sociales.
“Se realizó un estudio entre 750,000 estudiantes, la mitad había realizado este tipo de enseñanza y el otro no. El estudio demuestra que los niños que habían practicado el aprendizaje social y emocional eran más capaces de lidiar con sus emociones, tenían menos probabilidades de meterse en peleas, se comportaban mejor en clase, podían prestar más atención y tenían menos problemas», comenta Goleman.
Este aprendizaje también se aplica a una formación pensada en desarrollo profesional. Varios estudios, según el psicólogo, han señalado que la inteligencia emocional es un diferencial de los mejores líderes y trabajadores.
Entre estas habilidades, se puede trabajar aún mejor para el beneficio del niño: la concentración. «Es muy importante que los niños puedan, aún más en este mundo de hoy, lleno de distracciones tecnológicas, concentrarse donde quieran, porque la atención es la base del aprendizaje», argumenta.
Para mejorar esta atención, sugiere la práctica del Mindfulness en las escuelas, que «ayuda a fortalecer los circuitos neuronales de concentración», dice. Compara la concentración con un músculo que necesita práctica para fortalecerse. «La atención puede ser entrenada, es la base del aprendizaje», dice Goleman.
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Fuente: “Saber concentrarse es más decisivo para un niño que su coeficiente intelectual”
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