Deuda de uno de los mayores desastres ambientales en España

Después de 20 años de la tragedia de Aznalcóllar, el gobierno cobra parte del dinero gastado en la recuperación del área contaminado a la empresa responsable por la represa. Ecologistas alertan para posibles nuevos casos similares

Una enorme represa de lodos tóxicos se rompió el 25 de abril de 1998, afectando el entorno del Parque Natural de Doñana, en Sevilla, en el sur de España. La represa conservaba los residuos de mena extraído por la multinacional sueca Boliden Apirsa, que hasta hoy no pagó parte del dinero gastado por el gobierno para la recuperación de la zona.

De acuerdo con el portavoz del gobierno de Andalucía, Juan Carlos Blanco, la inversión de 163 millones de euros logró recuperar las zonas alcanzadas y hacer de la zona un “pasillo verde”. Todavía parte de este valor, equivalente a 89 millones, debe ser pagado por la empresa.

Después del rompimiento del dique, un comité formado por 90 personas expertas se reunió para analizar el desastre y una posibilidad de manejo de las zonas alcanzadas. Los expertos han visto que tanto los representantes del gobierno, como la empresa constructora del dique, tenían responsabilidad sobre la tragedia.

La acción es considerada hoy una de las mayores limpiezas de suelo contaminado realizados en la Comunidad Europea, según Miguel Ferrer, delegado del Consejo Superior de Averiguación Científica (CSIC) de Andalucía. Esta duró dos años y medio, y muestra resultados muy buenos. Según el órgano dependiente del CSIC, el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología, 62 kilómetros contaminados del río Guadiamar fueron manejados correctamente.

Pero el desastre alcanzó distintas zonas de cultivo, y afectando la actividad minera y económica de la ciudad de Aznalcóllar. Algunas plantaciones deberían esperar 50 años para que pudiesen ser cultivadas nuevamente.

¿Sin embargo, sirvió de lección? Ambientalistas de organizaciones como el GreenpeaceWWF, Amigos de la Tierra, entre otras, alertan para posibles nuevas catástrofes mineras en la región. En un evento que recordó los 20 años del ocurrido, representantes de estas organizaciones destacaron que hay riesgos análogos de caída de dique, y citaron las Minas de Riotinto, en Huelva.

Los muros están soportando una carga mayor de lo que puede ser el aguantado. “Los vertidos se producen próximo a los muros de encerramiento del dique. La acumulación de líquido, unida a las fuertes lluvias recientes, producen efectos de subsidencia que podría damnificar la base de estos muros”, afirmó Paco Segura, de los Ecologistas en Acción.

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Fuentes: 20 años después de Aznalcóllar, se mantiene el peligro de las balsas mineras

Las terribles consecuencias del desastre de Aznalcóllar

CUANDO EL QUE CONTAMINA NO PAGA

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