Los estudios revelan la necesidad de que los deportistas mantengan un horario de sueño constante y suficiente para maximizar su rendimiento en las competiciones.
El sueño contribuye a la recuperación y el rendimiento de cualquier persona, pero es especialmente importante para los atletas de élite. Por ejemplo, según la Dra. Carla Estivill, investigadora del sueño, el sueño nos permite reponer todo el esfuerzo físico y mental que hemos experimentado durante el día. Obviamente, un atleta profesional experimentará mucho más esfuerzo en un día y, por lo tanto, mientras duerme, sus tejidos y músculos pueden tener tiempo para recuperarse del día. Debido al grado en que el cuerpo de un atleta debe repararse a sí mismo, se recomienda que duerma nueve horas cada noche.
Hay dos factores que contribuyen a cómo dormimos y funcionamos durante el día. Esto es, a su vez, particularmente relevante para el horario de las competiciones para los atletas. En primer lugar, el ritmo circadiano implica las funciones diarias del cuerpo, como el metabolismo y el sueño. Luego, el cronotipo representa nuestro carácter individual, como el de quienes son matutinos frente a los que funcionan mejor por la noche. Por ejemplo, alguien con un cronotipo matutino rendirá al máximo de 11 a 13 durante el día. Los que son nocturnos funcionan mejor alrededor de las 17.
Cuando un deportista tiene una competición a una hora diferente a la de su cronotipo, entonces debe hacer ajustes para alterar su reloj biológico y permitir un mejor rendimiento. Con los hábitos alterados, se puede cambiar el ritmo circadiano para apoyar el horario de la competición. Por ejemplo, para un atleta con un cronotipo matutino y un partido nocturno, puede hacer una pequeña siesta por la tarde. Esto retrasa la aparición de la melatonina que favorece el sueño. Entonces también se puede estimular la secreción de melatonina para favorecer el sueño más temprano por la noche.
Fuera de la alteración directa del ritmo circadiano, hay muchas actividades que pueden alterar el sueño. Por ejemplo, el ejercicio de alta intensidad antes de acostarse activa el sistema nervioso y puede provocar insomnio, latencia del sueño o microdespertares nocturnos. Las luces brillantes en los campos de competición, el dolor muscular, el jet lag y el nerviosismo también pueden interrumpir el sueño.
Cuando un deportista no duerme bien, esto puede afectar en gran medida a su rendimiento y a su salud. El agotamiento físico y mental aumenta directamente el riesgo de lesiones, o el riesgo de cualquier tipo de accidente. Esto ocurre a menudo en el caso de los atletas que duermen menos de seis horas por noche.
En general, tanto los atletas como los no atletas deben reconocer los beneficios del sueño y establecer una rutina para permitir que sus cuerpos se recuperen. El rendimiento mejorará enormemente si se duerme lo suficiente y ayuda a llevar un estilo de vida más saludable y sin lesiones.
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Fuente: El sueño, «un taller de reparación» para el deportista de élite
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