La psicóloga deportiva Clara López habla sobre las situaciones en que padres e hijos entrenan juntos y sobre cómo la falta de organización en los papeles de cada uno puede perjudicar el rendimiento deportivo
En algunas familias puede suceder que tanto los padres como los hijos vivan el mismo deporte y las mismas competiciones. En este caso, es necesario saber administrar algunas cuestiones de organización para que la familia siga unida, sin sacudir los rendimientos deportivos.
Según la psicóloga especialista en Mentalidad Deportiva, Clara López, en una entrevista para la revista CMD Sport, si la situación no se administra bien, puede causar el abandono del deporte y una sensación de culpabilidad nada positiva en las relaciones familiares.
López comenta que esta situación puede variar dependiendo del contexto de cada familia. Por ejemplo, si el padre o la madre es la persona que se inició en el deporte y tiene más experiencia, es más fácil evitar los problemas. «Los progenitores vivieron en primera persona el proceso competitivo y eso hace que puedan guiar y orientar de forma más real, con calma y entendiendo el proceso de mejora deportiva de los menores», afirma.
Pero si la situación es inversa y quién comenzó a practicar el deporte fue el hijo o la hija y posteriormente el padre o la madre se incorporaron a la dinámica deportiva, entonces, esta situación es más susceptible de provocar conflictos.
López explica que este conflicto suele ocurrir «en deportes individuales, como la natación, el tenis, el triatlón, el atletismo o la hípica, entre otros». Muchas veces, algunos factores como la duración del entrenamiento requieren una planificación familiar exigente y una condición física adecuada.
Además, la posibilidad de que los padres quieran poner sobre los hijos las aspiraciones que tienen en relación al deporte puede convertirse en una presión innecesaria para el entrenamiento deportivo.
Compañeros de entrenamiento
Hay otra situación, como señala la psicóloga, que se refiere al entrenamiento en conjunto de padres e hijos. «Nada tiene porque acabar mal si se administra bien», afirma. No obstante, es necesario tener una atención especial a los cambios en el papel de madre / padre. «Cambiar el papel implica cambiar la forma de expresarse, cambiar la atención y el cuidado de las zonas donde el menor, como deportista, debe administrarse de forma autónoma, crecer y aprender», explica López.
La psicóloga deportiva comenta que el papel de apoyo de los padres y de las madres que no son especialistas en el deporte permite que los hijos puedan decidir y confiar en el propio criterio para administrar las situaciones. «Eso es fundamental —advierte López—, podemos caer en la tentación de, incluso con la mejor de las intenciones, entorpecer el proceso», dice.
La psicóloga recomienda tener cuidado con este cambio de perspectiva y remarca la importancia de saber diferenciar los papeles de padres y de compañeros de entrenamiento.
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Fuente: Cómo evitar que compartir deporte entre padres e hijos acabe mal
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