Se suele decir que la mejor manera de empezar el día es con un desayuno completo y abundante. Pero en nuestra ajetreada sociedad, ¿con qué frecuencia nos tomamos el tiempo para desayunar? Muchas personas se saltan el desayuno o se limitan a meterse un café en el cuerpo a primera hora de la mañana. Sin embargo, más allá de la sabiduría convencional, existen numerosos estudios que demuestran la importancia de desayunar… y los inconvenientes de no hacerlo.
Para empezar, desayunar es muy importante porque es la primera comida del día, lo que afecta a la forma en que se digiere en el cuerpo y repercute en el resto del día. La palabra «desayuno», de hecho, apunta a la idea de «romper el ayuno». Cuando dormimos, está claro que no comemos durante el tiempo que estamos dormidos, que debería ser de unas ocho horas. Durante el sueño, los nutrientes que consumimos durante el día se procesan en todo el cuerpo.
Cuando nos despertamos, normalmente sólo queda una pequeña cantidad de glucosa flotando en el torrente sanguíneo, que es esencial para proporcionar energía a nuestros órganos. Esto contribuye a una sensación de agotamiento por la mañana. Esta sensación se agrava si no desayunamos.
Sin embargo, la ausencia de energía por no desayunar no es sólo una sensación, sino que cuenta con una gran cantidad de investigaciones que la respaldan. Según algunos estudios, las personas que no desayunan experimentan una disminución de los niveles de productividad y concentración. Esto se debe a la falta de glucosa en el cuerpo. Otros estudios también han descubierto que -probablemente debido a esta falta de concentración- el hecho de no desayunar se asocia a un menor rendimiento académico. A largo plazo, la falta de glucosa en el sistema nervioso puede, en algunos casos, dañar irremediablemente las neuronas.
Además de afectar a la salud del cerebro y a cómo nos sentimos mentalmente, el desayuno, por supuesto, tiene un gran impacto en nuestra salud física. No desayunar puede hacer que las arterias del cuerpo se engrosen en un proceso conocido como aterosclerosis. Un estudio realizado por investigadores en Alemania descubrió que saltarse el desayuno está relacionado con la obesidad porque altera la producción de energía de nuestro cuerpo. Si se puede elegir entre desayunar mucho o cenar mucho, hay que elegir el desayuno porque es el momento en que el cuerpo produce más energía con esa comida.
Si estamos saciados con un desayuno suficiente por la mañana, es menos probable que piquemos y más probable que comamos de forma saludable a lo largo del día. Tener una comida en el estómago a primera hora de la mañana también mejorará la absorción de nutrientes para las demás comidas que hagamos durante el día.
La nutrición es un tema complicado que se ve afectado no sólo por lo que comemos, sino también por factores adyacentes como el momento en que lo hacemos. Si quieres mejorar tus conocimientos en este ámbito, puede interesarte la Maestría en Nutrición, Actividad Física y Deporte que patrocina FUNIBER o puedes beneficiarte del uso de Composición Nutricional, una web de FUNIBER que especifica la composición de los alimentos.
Fuentes:
¿Pasa algo si no desayunamos hoy?
Foto: Todos los derechos reservados.