Son etiquetas que contienen información clara y transparente sobre los ingredientes que contienen los productos procesados. Estos datos informan al consumidor y le proporcionan más seguridad
El término “clear label”, también conocido como etiqueta limpia, hace referencia a aquellos productos que disponen de un etiquetaje fácil de leer. La información es comprensible para el consumidor.
Como explican desde el portal Queso de Oveja, el movimiento de las etiquetas limpias ha surgido de la necesidad de los consumidores por saber qué llevan realmente los productos que consumen, sin necesitar traductor. Este tipo de etiquetas permiten saber, por ejemplo, si un alimento es más saludable y si respeta el medio ambiente y el cuidado de los animales.
Desde el blog foodVAC también remarcan que a diferencia de antes, hoy en día la mayoría de productos se consumen envasados, con lo que los consumidores se tienen que fiar de la etiqueta para conocer las características de los alimentos. “Según estadísticas, los envases impresos con “sin conservantes ni colorantes” o “sin aditivos” han perdido credibilidad, ya que no marcan la diferencia como hasta hace muy poco tiempo”, explican.
En este sentido, lo que proporcionan las etiquetas limpias son informaciones claras y transparentes sobre los ingredientes y componentes que contienen los productos. Se pueden conocer las especificaciones referidas a los aceites, a los contenidos alérgenos, al gluten o a la lactosa, así como también su procedencia. Todo ello permite ofrecer más seguridad y confianza el consumidor sobre aquel producto.
No confundir con productos orgánicos
Hay expertos que no acaban de ver del todo claro que el etiquetaje limpio funcione. Sugieren que se trata de un término subjetivo y lo que para una persona se entiende fácilmente, para otra puede ser más complejo de leer.
La gerente de productos senior de bebidas de Glanbia Nutritionals, Vicky Fligel, comenta en el portal Industria Alimentaria que “la etiqueta limpia es un reclamo amplio que se puede definir de varias maneras, dependiendo de los consumidores y lo que es importante para ellos”.
Uno de los principales riesgos de las etiquetas limpias es que se confundan con los productos sin OGM, es decir, sin Organismos Genéticamente Modificados. “Las etiquetas limpias y los reclamos naturales no están regulados en la misma capacidad que las certificaciones orgánicas y sin OGM, que tienen requisitos específicos para utilizar el sello”, comenta la científica de Bi Nutraceuticals, Alison Raban.
Por tanto, puede haber productos con etiquetas limpias y sin OGM que se definan como naturales y orgánicos. Pero también puede haber productos y bebidas con etiquetas limpias que contengan componentes genéticamente modificados (OGM) y que por tanto no sean 100% orgánicos.
Para conocer más a fondo los alimentos y su composición, FUNIBER patrocina la Maestría en Nutrición y Biotecnología Alimentaria. A través de esta maestría se realiza una aproximación a campos como la genómica, la proteómica o la biotenolgía de los alimentos.
Fuente: La etiqueta limpia y productos sin OGM crecen constantemente con un buen desempeño
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