Consumir compulsivamente no es sinónimo de felicidad

El consumo irresponsable, el derroche o las compras compulsivas son otras formas de llamar al consumo de recursos y bienes que en la mayoría de los casos no se necesitan.

Lo que se consigue con ello, por mucho que los spots publicitarios lo digan, no es la felicidad, sino que empuja los límites planetarios, provocando un gran impacto en la salud de la Tierra y, por lo tanto, en nuestra salud. La buena noticia es que puedes consumir de manera responsable siguiendo estos sencillos consejos.

Este tipo de consumo significa comprar demasiados productos sin considerar sus efectos negativos sobre el medio ambiente y la salud humana. Comprar comida basura, o productos de baja calidad que terminan por ser deshechos en poco tiempo, dejándonos influenciar por la moda y la publicidad, comprando así cosas que no necesitamos. Todo esto son ejemplos de consumo irresponsable.

No hay necesidad de ir al centro comercial o de compras para cometer dicha irresponsabilidad en el consumo. El consumismo puede estar en las actividades cotidianas en el hogar, como encender un fuego o cocinar una comida. Dejar el fuego sin usar le cuesta tanto al planeta que no sabemos que estamos usando energía innecesariamente. Lo mismo sucede con la comida. Todos los alimentos requieren mucho esfuerzo para producir, y este desperdicio también es una forma de consumo.

En cuanto a las consecuencias que estas acciones pueden causar en el medioambiente, algunas de las que más destacan son: la sobrepesca, deforestación, emisión de gases de efectos invernadero (GEI) y cambio climático, las islas de plástico o la pérdida de biodiversidad.

«Simplemente no es posible soportar este nivel de producción, consumo y su contaminación asociada porque vivimos en un planeta con recursos finitos» señalan desde Greenpeace. Si las tasas de consumo continúan igual, los humanos necesitarán tres planetas para mantenerse. Sobre todo teniendo en cuenta que para 2050 la población mundial alcanzará unos  9600 millones de personas.

Consejos para evitar el consumo irresponsable

Para ser un consumidor responsable hay que tener en cuenta la regla de la sostenibilidad, es decir, la regla de las tres «r»: reducir, reutilizar y reciclar.

A partir de ahí, puestos a consumir hay que procurar ciertas cosas:

  • Comprar menos y de calidad, reduciendo así la enorme carga de la industria textil sobre el planeta. En caso de que algo se estropee, intenta darle un segundo uso.
  • Apostar por los dispositivos electrónicos duraderos y reparables. Prioriza reparar antes que comprar
  • Productos locales y de temporada.. Consumiendo productos de temporada, y al ser posible de producción cercana
  • Decir «no» al plástico. Se pueden utilizar bolsas de tela
  • Moverse a pie, en bicicleta o  en transporte público, sin hacer exceso del automóvil personal y evitando desplazamientos innecesarios.

En este campo cabe recordar que, FUNIBER patrocina diversos cursos para aprender más sobre la gestión de proyectos científicos y medioambientales. Algunos de estos programas son la Maestría en Gestión Integrada: Medio Ambiente, Calidad y Prevención y la Maestría en proyectos de Gestión Ambiental.

 

Fuente: El consumo irresponsable no da la felicidad

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