La tecnología puede ayudar a solucionar una serie de retos presentes en la educación. No obstante, se necesitan algunas acciones estratégicas para que logre desarrollarse
En un vídeo de difusión sobre la tecnología en la educación, Anna Penido, directora de la ONG Inspirare, habla sobre la importancia que tiene la tecnología para la educación. Penido recuerda que antes la gente enseñaba a los alumnos a usar la tecnología. Pero ahora es diferente, la gente usa la tecnología para enseñar a los alumnos. Un ejemplo es la educación a distancia, como los programas de maestría y doctorado patrocinados por FUNIBER, que pueden llegar a diversas zonas del país, sin la necesidad de instalar universidades presenciales en todas las ciudades. Este tipo de educación, desarrollada gracias a la tecnología, permite ampliar el acceso a la educación.
La tecnología debe ser vista como una gran aliada en el sector educativo. Otro de sus puntos a favor es la personalización de la enseñanza a través de una serie de recursos disponibles en línea, con formatos variados como el multimedia o los recursos gráficos y visuales, que se encuentran en diferentes idiomas, «facilitando que cada uno consiga encontrar su mejor forma de aprender», afirma Penido.
Las tecnologías también ayudan a superar el desafío de mejorar la calidad de la enseñanza. Con el dinamismo de los recursos y las posibilidades de interacción y diversificación, el alumno que estudia con ayuda de la tecnología logra mejorar su proceso de aprendizaje.
Otro punto positivo de la tecnología es el apoyo que da a los profesores con materiales, estrategias y recursos que están a su disposición para su consulta. Además, la tecnología también permite crear redes de contacto entre profesores de varios campos y partes del planeta.
«Hay que tener cuidado —alerta Anna Penido—, la tecnología no resuelve todos los problemas. Es necesario mezclar actividades online con actividades fuera de línea, es decir, promover una enseñanza híbrida», explica.
Los profesores pueden completar algunas debilidades con recursos presenciales o virtuales, que pueden variar según las necesidades de aprendizaje. La directora resalta que los profesores no deben confundir la tecnología con la digitalización del conocimiento, es decir, no se espera que esta inclusión de la tecnología sirva apenas para pasar las imágenes y los textos a una pizarra digital.
«Hay algo que es muy importante: la tecnología no sustituye al profesor», dice Penido. Algunas actividades más repetitivas se pueden hacer con las máquinas, mientras que otras más motivacionales, interesantes y esclarecedoras necesitan del profesor.
Penido explica que para garantizar la igualdad de recursos es importante mejorar la infraestructura y ofrecer el acceso a la tecnología a todos, no sólo a una parte de la población. De acuerdo con la directora de la ONG Inspirare, para que la tecnología pueda transformar la educación es preciso:
Asegurar la infraestructura con:
• Conectividad;
• Red lógica con Wi-Fi;
• Equipos cada vez más móviles;
• Uso casi transparente.
Garantizar recursos digitales cada vez más diversificados y calificados:
• Fomentar su producción por emprendedores, educadores y hasta alumnos;
• Permitir que estén disponibles para las escuelas, los profesores y los alumnos de forma gratuita o que se adquieran a través de las redes como el libro didáctico;
• Evaluar para que los recursos sean siempre mejorados
Formar a profesores:
• Utilizarles en la propia formación para que se familiaricen con la tecnología;
• Ofrecer referencias de lo que se puede hacer;
• Proporcionar herramientas;
• Promover que intercambien conocimientos y prácticas.
Fuente: Tecnología na educação
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