Cuando los niños comienzan el día con actividad física, pueden desarrollar hábitos saludables que promueven el bienestar físico y mental.
Cuando los niños empiezan el día caminando a la escuela con amigos o familiares, puede mejorar mucho su salud. Actualmente existe un problema creciente con los niños que son obesos o que no tienen una actividad regular en su día. Esto no ha hecho más que aumentar con la pandemia. Al cerrarse los deportes y los parques, los niños se volvían cada vez más sedentarios en sus casas. De hecho, cerca del 40% de los niños españoles tiene sobrepeso u obesidad según el Estudio Aladino en 2019, pero esa cifra ha aumentado desde entonces. Incluso con mayores oportunidades para realizar actividades físicas, los niños mantienen sus hábitos de permanecer dentro de casa o usar el transporte.
Sin embargo, desde que se abrieron las escuelas, ir caminando al colegio es una forma fácil y efectiva de hacer actividad diaria. Son numerosos los beneficios que se derivan de esta actividad física. Por ejemplo, caminar es una gran actividad cardiovascular que mejora la llegada de oxígeno al corazón y a los pulmones. Ayuda a desarrollar los músculos, mejora el metabolismo, fortalece los huesos y reduce la presión arterial.
Además de los beneficios físicos, caminar también mejora la salud mental de los niños. Reduce el estrés y aumenta la felicidad. Especialmente cuando los niños pueden ir andando al colegio con sus amigos o sus padres, esto fomenta la socialización y hace que la actividad sea más agradable. Otro beneficio es que caminar mejora la autonomía del niño, ya que empieza a aprender su propio camino al colegio, en lugar de ir en coche o en transporte público. Antes del comienzo del colegio, la actividad física matutina ayudará a mejorar la concentración y la retención del niño a lo largo del día.
Los niños deben iniciarse en las actividades deportivas a los 4 o 5 años y se recomienda que realicen 60 minutos de actividad al día. Según un estudio realizado en Estados Unidos, se comprobó que ir andando al colegio puede suponer entre el 23% y el 36% de la actividad diaria recomendada. Por supuesto, esto depende de la distancia que se recorra hasta el colegio, pero ir y volver del colegio cada día puede contribuir en gran medida a desarrollar un hábito de actividad física frecuente.
Otro aspecto importante es el hecho de que los niños aprenden de sus padres. Si los padres llevan un estilo de vida sedentario, los hijos también lo harán. Los padres no sólo deben fomentar la actividad física, sino también participar en ella para obtener sus beneficios. Por lo tanto, las familias pueden desarrollar hábitos saludables para mejorar su estilo de vida juntos.
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Fuente: Mejorar el rendimiento escolar de tu hijo y otros beneficios de caminar al cole
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