Mejorar la autoestima, la autonomía, la integración social y la condición física y motora: la actividad física puede ser un gran aliado para las personas con discapacidad.
El deporte aporta beneficios a cualquier tipo de persona, especialmente cuando se realiza con un seguimiento adecuado y correcto. Entre las personas con discapacidad, los beneficios pueden ser aún más especiales.
La organización española Fundación Deporte y Desafío ha anunciado una serie de mejoras introducidas por los deportes para las personas con discapacidad. Las contribuciones son muchas e implican una mejor integración social, desarrollo físico y emocional.
En cuanto a la autoestima, el deporte puede ser positivo para el ajuste personal y social. Favorece que la persona adquiera habilidades sociales, lo que ayuda en las relaciones interpersonales y la autonomía personal para la toma de decisiones y acciones. Por ejemplo, el deporte grupal favorece la empatía, la superación y la responsabilidad.
Al participar en es posible aumentar la red de personas, integrarse en un entorno más proactivo y social, como los centros deportivos.
Para los deportes individuales, ayuda a generar confianza en uno mismo, lo que también puede alentarte a superar desafíos, limitaciones y situaciones controvertidas.
En relación con el desarrollo físico, con el deporte, una persona con discapacidad puede mejorar las habilidades motoras: coordinación, equilibrio, fuerza. Se sabe que la actividad física mejora la circulación sanguínea y el desarrollo muscular.
Según la Fundación Española, las personas con discapacidad a menudo están sobreprotegidas, lo que les dificulta ser más activas. La autonomía, el movimiento y las relaciones sociales ayudan a evitar la ansiedad y la falta de autoestima.
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Fuente: El deporte favorece la integración social de personas discapacitadas
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