Estudio en España muestra efectos positivos de entrenamiento físico con inclusión de estrategias motivacionales entre una población de la tercera edad
Una cuestión central para la práctica regular de ejercicios está en la motivación. Estudios ya han presentado los varios beneficios de la actividad física regular para la calidad de vida, el estado de salud y el bienestar. Entonces, si el deporte es tan positivo, ¿ aún qué falta para que los ejercicios sean parte de la rutina diaria?
Los factores varían. Entre los mayores, algunos efectos del envejecimiento dificultan la realización de algunas actividades y muchos acaban dejando a los programas de entrenamiento. Otros factores son relacionados a la percepción de que poseen pocas habilidades de movimiento o que les falta apoyo social.
En este sentido, el rol de los educadores físicos y deportivos es fundamental. Los profesionales que orientan en la práctica de la actividad física deben utilizar estrategias motivacionales durante los ejercicios con la tercera edad, para que se sientan alentados e interesados.
Los entrenadores deben incentivar la inclusión de la actividad física en los hábitos diarios e incentivar a que mejoren las condiciones físicas.
Para analizar los efectos de estrategias de motivación en un entrenamiento físico con mayores, investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en España, elaboraron un estudio con un programa de entrenamiento de fuerza con sobrecargas de intensidad moderada y alta.
Junto al programa fueron incluidas estrategias motivacionales que deberían reforzar las sensaciones más positivas para la práctica regular de ejercicio físico. “Este trabajo ofrece 10 estrategias para que sean incluidas en programas de entrenamiento de fuerza muscular en personas más de edad, las cuales ayudan a los participantes a lograr una mayor satisfacción de las necesidades psicológicas básicas de autonomía, capacidades y relaciones sociales”, afirmó uno de los investigadores del estudio, Alexander Gil Arias.
Resultados positivos
En el experimento, fueron realizadas sesiones tres veces durante la semana, a lo largo de tres meses. En el programa, actividades de fuerza en los músculos pectorales, en la espalda, tríceps, bíceps, hombros y piernas tenían intensidad moderada hacia alta, con el incremento progresivo de la intensidad.
Los investigadores han percibido más efectos positivos en el grupo que siguió el programa de entrenamiento con estrategias motivacionales. Percibieron mayor autonomía, capacidad y relaciones sociales en comparación al otro grupo, el de control. También encontraron efectos sobre los aspectos físicos, ya que en el grupo se percibió un menor porcentaje de peso corporal, una menor masa gorda y una mayor masa delgada.
“Son necesarios más proyectos de investigación de carácter multidimensional en el que no se investigue solo aspectos biológicos, sino también variables psicosociales para conocer cuáles son los motivos que mueven a las personas para mantenerse regularmente en un programa de ejercicio”, analiza el investigador del estudio.
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Fuente: Motivación: la clave para que los mayores hagan ejercicio físico
Estudio original: Impact of a motivational resistance-training programme on adherence and body composition in the elderly
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