Después de la pandemia, se espera que los gobiernos opten más por alternativas de energía limpia como estrategia para la recuperación económica, especialmente dados los menores costos de implementar este tipo de electricidad.
COVID-19 deja profundas marcas y crisis socialmente, pero también puede producir transformaciones positivas. En el caso de los paquetes de recuperación económica preparados por algunos países, está claro que la energía limpia juega un papel importante y tendrá más oportunidades.
Según un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las inversiones previstas para 2030 rondan los mil millones de dólares. Es un hecho que el valor está por debajo de lo esperado en la última década, pero la caída en los costos de instalación puede promover que, con estas inversiones, los resultados sean mejores.
Según este estudio, debido a las mejoras tecnológicas, el costo de la electricidad eólica y solar ha disminuido considerablemente. El año pasado, las nuevas plantas solares fotovoltaicas construidas en la segunda mitad de 2019 tuvieron costos 83% más bajos que los valores de hace diez años.
La Directora Ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, cree que el momento actual es fundamental para elegir una economía sostenible. «Este estudio muestra que la energía renovable es una de las inversiones más inteligentes y rentables que podemos impulsar», dijo.
La esperanza es que los gobiernos aprovechen esta reducción de costos para implementar más estructura con energía limpia. «Sería un gran paso para el mundo natural saludable, que es una de nuestras mejores pólizas de seguro contra pandemias», dijo Andersen.
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