Un estudio realizado en España evidencia que, tras un trasplante de riñón procedente de un donante de edad similar, las personas mayores suelen evitar recibir diálisis.
La investigación la realizó el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital 12 de Octubre de Madrid y se publicó posteriormente en la revista médica Nephrology Dialysis and Transplantation.
El estudio indica que los pacientes mayores de 75 años que reciben un riñón cuyo donante tiene una edad cercana, “suelen permanecer sin diálisis durante el resto de sus vidas”, según destacó el portal sanitario Infosalus, editado por la agencia de noticias española Europa Press.
Unido al envejecimiento progresivo de la población, la enfermedad renal crónica sigue acumulando enfermos cada año. “La mayoría de los pacientes son personas mayores, porque el riesgo de enfermedad renal crónica aumenta con la edad. La edad media de los pacientes que iniciaron el reemplazo renal en 2017 fue de 63,4 años, según datos de la Asociación Renal Europea-Asociación Europea de Trasplante y Diálisis (ERA-EDTA, por sus siglas en inglés)”, indicó Infosalus.
El trasplante de riñón es, en la actualidad, el mejor tratamiento disponible para combatir la enfermedad. Según destacó Ron Gansevoort, integrante de la ERA-EDTA, la supervivencia y la calidad de vida mejoran tras el proceso de trasplante.
El estudio respondió a cuestiones hasta ahora desconocidas. Ante la falta de órganos de donantes, la posibilidad de recibir órganos de ancianos ya fallecidos planteaba un debate moral sobre si un órgano antiguo aportaría beneficios al paciente.
En el estudio “se analizaron 138 receptores mayores de 75 años que recibieron trasplantes de riñón de personas fallecidas de edad similar entre 2002 y 2015. La supervivencia de los pacientes a uno y cinco años fue de 82,1 y 60,1 por ciento, respectivamente”. Por lo tanto se demostró que, aunque el donante sea de edad avanzada, sí existen beneficios para el receptor.
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