La fundadora del Instituto del Envejecimiento de la Población, de la Universidad de Oxford, considera que es necesaria una transformación de todos los ámbitos de nuestra sociedad para atender a la nueva generación de personas adultas mayores.
Sarah Harper es la fundadora del Instituto del Envejecimiento de la Población, de la Universidad de Oxford (Inglaterra) y estudia desde hace más de 20 años los procesos de la longevidad y del envejecimiento. Harper, que además es asesora del gobierno británico en materia de adaptación y cómo abordar el envejecimiento de la población para esta nueva generación de adultos mayores, ha compartido su visión sobre el contexto actual de las sociedades y cómo éstas abordan la nueva situación de las personas adultas mayores.
En una entrevista realizada por El País, la experta afirma que es preciso un cambio drástico de todas las estructuras sociales para que se ajusten a las necesidades de la nueva generación de personas adultas mayores. Considera que, en una sociedad envejecida como la nuestra, en la que cada vez vivimos más años, los recursos sociales y el entorno no están adaptados de forma óptima a las circunstancias de este colectivo.
En este sentido, Harper asegura que “hay que cambiarlo todo, los lugares de trabajo, la educación, los entornos físicos. Muchos espacios públicos no son seguros para los mayores porque pueden caerse y también la iluminación es escasa, no se sienten seguros. Hemos de hacer que los espacios y el transporte público sean buenos para todas las edades”.
La especialista e investigadora de los procesos del envejecimiento afirma que tanto gobiernos como empresas deben ofrecer recursos y soluciones para esta nueva generación de personas adultas mayores, que no es comparable con la del siglo XX ya que tiene distintas necesidades.
Asimismo, explica que es preocupante que en algunas sociedades existan situaciones de aislamiento y soledad para las personas de la tercera edad y que es imperante tomar la decisión de debatir este tema a nivel europeo para buscar soluciones al respecto: “me da mucha pena cuando oigo a ancianos decir que tienen hijos pero que no los ven nunca. Hemos de tener un gran debate europeo”.
Asegura que la convivencia entre gente de distintas edades es muy beneficioso para el desarrollo y bienestar de todos los colectivos etarios. Concluye que la interacción intergeneracional ayuda en los procesos cognitivos de todos los agentes, fomenta el aprendizaje, la comprensión y la empatía.
Para todos aquellos profesionales interesados en los procesos que intervienen en la etapa del envejecimiento y quieren profundizar sobre temas relativos a este grupo etario, FUNIBER patrocina la Maestría Gerontología.
Fuente: “La vejez ya no llega a los 70. Llega al convertirnos en dependientes”
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