La importancia de las actividades preventivas en los adultos mayores

Como actividades preventivas hay el refuerzo del equilibro mediante el ejercicio físico, que ayuda a prevenir el riesgo de caídas, o la vitamina D, uno de los nutrientes que permite prevenir la osteoporosis

Como dice su nombre, las actividades preventivas son actividades que se hacen para prevenir el deterioro funcional de los adultos mayores o, si este deterioro ya se ha producido, recuperar el nivel de función previo. Su objetivo es que las personas mayores gocen de una vida activa y libre de incapacidad.

Existen diferentes clases de actividades preventivas, y todas ellas no tienen un límite. Como señala el estudio Actividades preventivas en los ancianos, estas se realizan en función del beneficio individual, marcado no tanto por la edad del individuo sino por su expectativa de vida.

A continuación se presentan algunos tipos de actividades preventivas:

Prevención de caídas. Según la OMS, las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales. En el caso de los adultos mayores, la mayoría de las veces se trata de una inadaptación entre el individuo y su entorno. En estos casos algunas de las recomendaciones son el ejercicio físico, sobre todo centrado en el entrenamiento para el equilibrio, la reducción de los peligros ambientales y el control y el ajuste de la medicación.

Prevención de osteoporosis. La vitamina D es fundamental en el desarrollo del hueso a nivel estructural y funcional, como también el calcio y el fósforo. La dietista Cristina Lafuente considera que su consumo, conjuntamente con el magnesio, la vitamina K y el zinc es importante a lo largo de la vida adulta para evitar una pérdida excesiva de masa ósea que puede terminar en osteoporosis.

Entrenamiento y funciones intelectuales. El doctor Óscar López, de los servicios médicos del SUAT de Uruguay, considera fundamental la promoción de charlas, debates, situaciones figuradas, provocadas y programadas. “La práctica tiende a mitigar el deterioro (de las funciones intelectuales) producido por el desuso y los efectos propios del envejecimiento”, afirma, y añade que hay que fomentar la integración social y evitar el aislamiento.

También entran dentro del ámbito de la prevención, las vacunas, la alimentación saludable, el abandono de hábitos tóxicos (como el alcohol y el tabaco) y los programas de ejercicio físico. En este caso se recomienda hacer ejercicios aeróbicos (durante la mayor parte de la semana) y de fortalecimiento muscular, flexibilidad y equilibrio durante algunos días de la semana.

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Fuentes: Actividades preventivas en los mayores

Actividades preventivas en los ancianos

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