El coach español Ramón Barrera comparte sugerencias de cómo acabar con una educación aburrida y presenta objetivos que debemos perseguir para mejorarla
El mundo ahora es otro, ha estado cambiando a un paso rápido. Es difícil entenderlo y de interpretarlo, es complejo. Muchos de nuestros sistemas han cambiado y evolucionado más allá de lo que pensábamos que era posible. Todo ha cambiado: la música, la moda, el cine, pero no el sistema educativo. La educación sigue siendo muy tradicional y nos aferramos a un sistema construido hace más de 300 años.
El formador, coach y comunicador de la provincia de Cádiz, Ramón Barrera nos comenta en su conferencia para TEDxSevilla, que es muy complejo entender que la educación haya cambiado tan poco porque, para él, aprender es siempre cambiar. Él cree en la necesidad de «sorprendizaje», una palabra que ha inventado. Para poder aprender hay que sorprenderse.
Para que haya un mejor futuro tiene que haber una mejor educación pero para poder admirar el futuro hay que tener perspectiva del pasado. ¿Por qué ha cambiado tan poco el sistema educativo?
De manera similar, Isabel Diez Uriarte, profesora e investigadora en el Instituto de Fomento e Investigación Educativa en México, en su articulo «Las cinco claves para transformar la educación» en World Economic Forum comenta que: «La educación es algo tan complejo que muchas veces, no tenemos idea de por dónde empezar cuando queremos cambiar nuestra práctica de enseñanza, transformar una escuela y –ni siquiera se diga– darle un giro a todo un sistema educativo. Influyen tantos factores que parece imposible saber exactamente cuáles tienen un verdadero impacto y determinar a cuáles no darle tanta importancia. Sin embargo, los casos de éxito y la investigación nos confirman que esto es posible.»
Como sugiere Ramón, los docentes deben de compartir conocimientos, ya no enseñarlos. Las clases deben ser otras, en que todos los participantes puedan conectarse, entre clases, para un aprendizaje a través del debate.
Principalmente, los docentes deben negarse a aburrir a sus alumnos. Tienen que hablar menos, escuchar más y sobre todo, poder sorprender a los alumnos. La capacidad principal de aprender es sorprender. Dice que cuando hay sorpresa, hay curiosidad. Cuando hay curiosidad, hay deseo porque hay estimulo, voluntad de saber y por lo tanto hay acción.
Ramón cree también que el rol de un docente ahora debe ser de empujador, donante y agitador. El docente debe mover (hacer pensar), tiene que conmover (emocionar) y tiene que remover o provocar al estudiante. El docente debe despertar el deseo de observar a sus alumnos, que miren por todas partes y que tengan la ventaja de que puedan tener de pronto serendipia, el descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado.
Los docentes que se han llegado a preguntar, ¿qué pueden hacer como docentes para ayudar a sus alumnos a desarrollar las habilidades necesarias en un mundo tan cambiante?,¿qué acciones pueden adoptar para desarrollar esas habilidades desde la infancia y hasta que son adultos?, tienen como opción la formación en la Maestria en Educación, patrocinada por FUNIBER. La Maestría en Educación proporciona a los profesionales la posibilidad de completar o actualizar la formación, en una continua adquisición de competencias que les permita promover la mejora educativa por medio de la docencia en diferentes ámbitos y contextos.
Fuente: Sorprendizaje: Como acabar con una educación aburrida
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