Prácticamente todos los días parece que nos inundan con mensajes que nos dicen que tomemos una determinada píldora que promete resultados milagrosos. Ya sea en forma de proteína en polvo o de gel vitamínico, los suplementos se han convertido en parte de la rutina diaria de millones de personas. A pesar de las afirmaciones publicitarias de muchos proveedores de suplementos, tomar estas vitaminas en exceso puede ser realmente perjudicial para la salud.
Para empezar, tomar suplementos vitamínicos no es tan necesario como lo pintan las empresas que venden estos productos. Los casos en los que es necesario tomar suplementos incluyen dietas específicas que no permiten a las personas consumir los nutrientes necesarios sólo a través de los alimentos. Por ejemplo, muchos veganos y vegetarianos tienen que tomar vitamina B12, ya que suele proceder de productos de origen animal. Otro caso que puede obligar a algunas personas a consumir suplementos es si viven en una región en la que la dieta natural no proporciona ciertos nutrientes.
Por otra parte, una de las razones más pregonadas para tomar suplementos es ayudar a las personas en su camino hacia la pérdida de peso. Sin embargo, no hay pruebas científicas de que tomar suplementos sea necesario o a menudo eficaz cuando las personas intentan perder peso. Del mismo modo, no se ha encontrado ninguna base científica para otras dolencias comunes que la gente intenta solucionar con suplementos, como la fatiga y el déficit de atención.
Dado que las vitaminas no pueden arreglar los problemas de salud mencionados, los consumidores deben ser conscientes de que su consumo podría agravar las condiciones de salud. Un estudio reveló que el consumo excesivo de suplementos dietéticos podría causar efectos secundarios, como un mayor riesgo de hemorragia y la interrupción de la ingestión de otros medicamentos, incluidos los anestésicos.
Además, una condición que puede ser causada por el consumo excesivo de vitaminas específicamente es la hipervitaminosis. Aunque esta condición puede ocurrir cuando uno consume alimentos súper ricos en vitaminas, es mucho menos probable que ocurra a partir de una dieta natural. Más bien, el consumo de suplementos además de la dieta normal conlleva un riesgo mucho mayor de hipervitaminosis. Los síntomas de esta afección van desde ligeras náuseas hasta incluso el coma o la muerte.
Además, la forma en que se consumen las vitaminas también puede influir en los efectos secundarios de ingerir demasiados suplementos. Las vitaminas suelen venderse en pastillas hidrosolubles o liposolubles. Los suplementos hidrosolubles no permanecen en el cuerpo. En su lugar, son procesados por el cuerpo y excretados a través de la orina. Las vitaminas liposolubles, en cambio, se almacenan en el organismo durante mucho más tiempo y, por tanto, su exceso es más arriesgado.
En conclusión, la verdad detrás de los suplementos es mucho más complicada que una simple cura que la publicidad puede presentar a los consumidores. Siempre hay que consultar con el médico antes de decidirse a tomar cualquier suplemento y leer detenidamente las instrucciones antes de ingerirlo.
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Fuentes:
¡Cuidado con los suplementos dietéticos! En exceso también podrían ser perjudiciales