Científicos climáticos prevén el aumento de la intensidad de los desastres naturales, que como consecuencia puede dar lugar a que millones de personas tengan que desplazarse, necesitando ayuda alimentaria de emergencia.
Después del 25ª Conferencia de las Partes en la Convención sobre el Cambio Climático (COP25), que ocurrió el mes pasado en Madrid (España), nos quedan muchas dudas sobre el futuro. La comunidad científica y los movimientos ecologistas refuerzan cada vez más la gravedad del impacto ambiental provocado por los cambios climáticos, y nos aseguran que si no tomamos medidas de mitigación, cada vez habrá más desastres naturales.
En muchos lugares del planeta, esto ya es una realidad. Los llaman refugiados climáticos o desplazados ambientales los que tienen que migrar por cuestiones climáticas. Según reportaje del periódico El País, las catástrofes de los últimos meses han dejado la cifra más alta de desplazamientos: un número que casi llega a 20 millones de personas, en 2019.
Un ejemplo fue lo que ocurrió en México, en 2018, cuando se registró 20 mil nuevos desplazados por eventos climáticos, como el huracán Willa, que afectó a seis estados mexicanos.
Sin embargo, este grupo de refugiados todavía no tienen una denominación clara, ya que como afirma María Jesús Vega, de la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), “en el derecho internacional no figura el concepto refugiado medioambiental”.
Vega resalta la necesidad de protección de estos desplazados. “Hay que desarrollar y adaptar marcos legales que ya haya para que se les pueda dar protección”. Además del amparo del gobierno e instituciones, es fundamental decidir las necesidades más urgentes de la población afectada por una situación de emergencia para asegurar el acceso a los servicios básicos.
Las consecuencias de sequía, inundaciones, huracanes, incendios , entre otros eventos ambientales extremos, podrán demandar profesionales capaces de enfrentar situaciones de emergencia.
Como afirma la especialista en Nutrición, Belén Otero, “antes estas situaciones de desastre, la alimentación es una cuestión muy importante”, destaca en entrevista para el programa televisivo Hola México.
La nutrióloga comenta las principales necesidades en una situación de desastre ambiental: “lo primero que tenemos que hacer es hidratarnos.” Para esto, se puede beber agua embotellada o hervida, y que se tomen sorbos a temperatura ambiente, poco a poco. También es recomendable, en algunos casos, suero o bebidas con electrolitos.
En cuanto a los alimentos, otra cuestión importante es conseguir administrar los alimentos a partir de la demanda que haya. Habrá que asignar raciones, dando prioridad a la población más vulnerable, niños, ancianos, embarazadas y enfermos.
Otero destaca que son alimentos fundamentales en estas situaciones: el arroz, la pasta, el pan, la tortilla y el cereal. “Estos alimentos son importantes porque nos dan energía y nutrientes básicos para la supervivencia”, dice.
Y si hay disponibilidad de otros alimentos, es importante que estos aporten energía, procedente de la grasa (aceites, manteca, aguacate, entre otros) y también del azúcar (caramelos, dulces).
Por último, aunque se recomienda la inclusión de frutas y verduras, estas suelen ser inexistentes en estas situaciones.
Nos gustaría ahora conocer vuestra opinión. Participad en el debate y compartid vuestra experiencia:
- ¿Has sufrido algún tipo de situación de emergencia?
- Durante una situación de emergencia que has presenciado, ¿crees que la organización de la atención a la población fue adecuada?
- ¿Has sido parte activa de alguna acción de ayuda humanitaria?
FUNIBER promueve la Especialización en Intervención Nutricional en Situaciones de Emergencia, para una formación sobre la planificación, intervención y prevención en materia de nutrición y alimentación frente a una situación de desastre y emergencia.
Fuentes: Desplazados por el clima: son desconocidos, pero son millones
Alimentación en desastres naturales
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