Investigadores españoles diseñan una técnica que identifica el ADN de la oliva en los aceites; método facilitaría el control de la venta de productos adulterados
El aceite de oliva contiene altos valores nutricionales. Sin embargo, muchos establecimientos usan aceites adulterados, de menor calidad, lo que supone una pérdida económica para los productores y para la salud de los consumidores.
Con el incremento de la demanda mundial, y la disminución de cosechas, este año los precios del aceite deben ser los más altos de la década reciente. Con la situación, hay el temor de que se incrementen los fraudes en la producción del aceite, lo que amenazaría la calidad del producto.
Para proveer de herramientas para el control del aceite, el Departamento de Biotecnología y Ciencias de los Alimentos de la Universidad de Burgos (España) ha desarrollado una investigación sobre las técnicas que analizan el ADN del aceite de oliva.
El estudio ha sido publicado ahora en la revista Food Chemistry. La investigadora que integra el equipo, Natividad Ortega, ha explicado que “las técnicas utilizadas tradicionalmente se basan en el análisis de los perfiles lipídicos y fenólicos de los aceites. Estos métodos analíticos presentan limitaciones derivadas de la variabilidad en la composición química a causa de la climatología, el origen geográfico, la variedad de la aceituna y el tipo de procesado”.
Los investigadores vienen desarrollando durante cinco años investigaciones para encontrar alternativas a los métodos tradicionales. El diseño de técnicas que analizan el aceite desde el ADN permite un estudio de la molécula, que no se altera debido a los cambios ambientales, el proceso y almacenamiento de los aceites.
Con esta metodología, es más fácil diferenciar la oliva de otras especies como el girasol, la soya, el coco y el maíz. Así, el equipo ha desarrollado sistemas de qPCR (sigla en inglés de PCR cualitativa o PCR en tiempo real) que permiten realizar los análisis de ADN de manera rápida y económica.
Beneficios del aceite y cuidados
El aceite tiene un alto porcentaje de grasa monoinsaturada, que ayuda a reducir el colesterol LDL, considerado “malo” y aumenta el colesterol HDL, considerado “bueno”. El aceite también contiene polifenoles, antioxidantes naturales que colaboran para la protección del organismo. Estudios ya han confirmado que el aceite de oliva puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Vea recomendaciones de compra, consumo y conservación de los aceites para garantizar el valor nutritivo:
- Observe la etiqueta y analice el grado de acidez: el grado de acidez máximo permitido en el aceite extra virgen debe ser lo de 0,8°, mientras el aceite virgen debe tener una acidez de 2°. La orientación es indicada por la nutricionista, Jéssica Hierro, de la empresa consultora en nutrición Alimmenta.
- Precio: Un buen aceite de oliva no es barato. La nutricionista resalta que “un precio muy bajo podría ser motivo de desconfianza”, ha afirmado Hierro.
- Consumo crudo: para lograr las propiedades del aceite, la mejor forma de consumirlo es sin calentar. La temperatura y el método de cocinar con el aceite podría disminuir los nutrientes y aún producir substancias nocivas. La recomendación es que no se superen los 204°C.
- Conservación: El aceite también puede damnificarse. La mejor manera de conservar el producto es en botellas de vidrio oscuro, en un ambiente fresco y tapado para evitar el contacto con el aire y la oxidación. Se debe evitar la oxidación porque podría generar endurecimiento de las arterias y daños al cuerpo.
Los profesionales del área de Nutrición, que se capacitan con programas patrocinados por FUNIBER, pueden ofrecer servicio a la población para garantizar el consumo saludable de los alimentos.
Fuentes: Desarrollan técnicas basadas en el ADN para detectar fraudes de aceite de oliva adulterado
3 formas de sacar más beneficios del aceite de oliva (laVanguardia)
Estudio:
Development and optimization of an efficient qPCR system for olive authentication in edible oils
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