Santiago de Chile crea una normativa para controlar la contaminación sonora

Aprobada por el Consejo Municipal, el alcalde de Santiago anuncia una normativa que pretende controlar los ruidos en los espacios públicos

En Santiago, en Chile, el ayuntamiento recibe más de 100 reclamos de contaminación sonora por mes. Para controlar los ruidos que están molestando a la población, el Consejo Municipal de Santiago aprobó una Ordenanza Sobre Actividades Ruidosas y Fuentes Emisoras de Radio.

En esta medida, los niveles máximos de ruido para trabajos de construcción, comercio y servicios es de 86 decibeles. El alcalde, Felipe Alessandri, afirmó sobre esta nueva normativa que las medidas son de mitigación e información a las personas que están expuestas a los sonidos más ruidosos.

En el caso de las constructoras, será necesario que los contratistas entreguen un Programa de Trabajo de Ejecución de las Obras de la Municipalidad, un documento que va a controlar las tareas de construcción, tratando de limitar los horarios de trabajo, las medidas de mitigación de ruidos y, cuando dure más de cuatro semanas, un programa de información a la comunidad.

En este sentido, se espera disminuir la contaminación sonora y preparar la vecindad hacia las obras. El alcalde afirmó que esta normativa “busca mejorar la calidad de vida de todos los vecinos y visitantes de Santiago y también evitar problemas de salud derivados de la exposición constante a altos niveles de ruido, como son el estrés y los trastornos del sueño».

Con relación a las actividades recreativas, la normativa establece algunas directrices y prohíbe las actividades que generen ruido en vía pública con equipo de amplificación, a no ser que poseen autorización municipal previa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cobra de los gobiernos una legislación rigurosa sobre el ruido, especialmente en actividades recreativas, que pueden poner en riesgo la audición de los adolescentes y los jóvenes.

Según la OMS, se recomienda que el nivel más alto de exposición al ruido en entornos de trabajo sea de 85 decibeles, durante un máximo de 8 horas al día. En locales con ruidos superiores a 100 decibeles es recomendable no superar los 15 minutos de exposición al sonido, ya que podría dañar las células sensoriales, de manera permanente, causando sordera.

Para proteger la audición es importante limitar el tiempo de exposición a los ruidos, incluir dispositivos de control, por ejemplo, el uso de aplicaciones en smartphones que permitan vigilar los niveles seguros de sonido alto.

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Fuente: Municipalidad de Santiago hace más exigente normativa contra ruidos molestos

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