La etapa de la vejez está llena de cambios, lo que incluye el deterioro de la salud física y mental, y que puede combatirse con el ejercicio.
La principal razón por la que las personas necesitan estar activas durante la etapa de vejez se debe a que de esta forma es posible evitar los problemas de salud; la mayoría derivados del sedentarismo. La falta de actividad puede conducir a una serie de enfermedades o problemas de movilidad.
Para mantenerse en buen estado, lo primordial es hacer ejercicio que se encuentre adaptado a las necesidades propias de cada persona.
Riesgos del sedentarismo
Como ya se ha mencionado, estar activo en la vejez es fundamental. Diversos estudios han demostrado que los adultos mayores que llevan a cabo actividad física, ya sea moderada o vigorosa, tienen menos posibilidades de desarrollar problemas como la demencia o la enfermedad de Alzheimer.
Por otro lado, el ejercicio resulta benéfico a la hora de reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el cerebro. Esto es importante, puesto que permite evitar la neurodegeneración. De igual forma, los investigadores han demostrado que el ejercicio ayuda a aumentar los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). Esta proteína se encarga de promover el crecimiento de las neuronas, así como las conexiones entre ellas. En el caso de los adultos mayores, esto les ayuda a mantener su memoria, habilidades de razonamiento y habilidades para resolver problemas.
El ejercicio también genera beneficios al ayudar a prevenir la pérdida ósea y mantener los músculos fuertes y activos. Asimismo, mejora la salud del corazón y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
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Fuente: El mantenimiento físico y la gimnasia en adultos mayores
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