Para algunos, la vejez puede suponer una pérdida de amistades y oportunidades sociales. El aislamiento social de los adultos mayores puede tener diversas causas, como la discapacidad, la enfermedad o la muerte de seres queridos. La soledad puede tener graves consecuencias para la salud de una persona.
Efectos
Millones de adultos mayores en Europa afirman que pueden pasar un mes sin hablar con un vecino o un ser querido. Irónicamente, el sentimiento de soledad puede hacer que las personas sean menos propensas a acercarse, porque existe un estigma asociado a la soledad. El aislamiento social no ha hecho más que empeorar durante la pandemia.
La epidemia de soledad afecta a la salud física y mental por igual. Puede provocar depresión y ansiedad. La soledad aumenta el riesgo de muerte prematura, así como el riesgo de enfermedades cardíacas.
Las investigaciones demuestran que la soledad tiene una fuerte correlación con la demencia. La falta de socialización puede conducir al deterioro cognitivo. Esto crea un ciclo que se autoperpetúa, ya que cuanto más empeoren los síntomas, más aislado estará.
Soluciones
Es posible que los adultos mayores creen y mantengan relaciones con otras personas. Tener amigos aumenta la autoestima y la salud mental.
En la mayoría de los lugares se organizan eventos sociales a los que los adultos mayores pueden asistir. Las clases, los juegos de bingo, los grupos religiosos y los clubes de lectura son opciones que pueden ser útiles para hacer nuevos amigos y sentirse menos solos.
Cuando envejecemos, cada vez es más difícil salir a la calle y participar en actividades. La tecnología es un gran recurso para mantenerse en contacto. Los teléfonos, Skype y las redes sociales están disponibles incluso para las personas con menor movilidad.
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Fuentes:
Depression and dementia in the age of COVID-19