Durante el confinamiento, algunas escuelas comenzaron a crear clases y recursos en línea para que los estudiantes estudien en casa, con el apoyo de los maestros. Pero no todos tienen acceso a la tecnología necesaria.
Las clases virtuales han sido la alternativa que muchos centros educativos están probando evitar interrumpir por completo el aprendizaje de los estudiantes durante el confinamiento. Las incertidumbres sobre los efectos para prevenir el contagio de COVID-19 se perciben en varios campos, y principalmente en la comunidad educativa.
Para evitar perder el año escolar y cuidar a los más vulnerables, las escuelas están probando las clases en línea o en formato telemático, como un recurso para el aprendizaje.
Sin embargo, hay muchos estudiantes que no tienen los materiales necesarios, como una computadora o conexión a Internet.
En España, por ejemplo, el Ministerio de Educación, junto con la televisión pública, creó un proyecto llamado «Aprendemos en Casa» para abordar la falta de acceso a los recursos digitales, llevando la televisión a clases específicas para diferentes edades y disciplinas. Se estima que un tercio de los estudiantes en el país no tienen una infraestructura en el hogar que les permita estudiar a distancia.
Esta opción alternativa es una forma de mitigar las desigualdades en el uso de herramientas digitales al aprender y evitar que las personas más vulnerables sufran y se encuentren en desventaja.
FUNIBER patrocina estudios a distancia para maestros y otros profesionales de la educación interesados en ampliar la capacitación. Un ejemplo es la Maestría en Intervención Psicológica en el Desarrollo y la Educación.
Fuente: Brecha educativa
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