“Sentarse durante horas sin moverse no es la mejor forma de aprender”, afirma una investigadora italiana que ha participado del estudio
Un estudio publicado en la revista científica PLOS One indica que practicar actividad física también ayuda a aprender un nuevo idioma. Parece un poco confusa la relación, pero los ejercicios físicos mejoran la plasticidad del cerebro, incrementando con ello la habilidad de aprendizaje.
El estudio ha sido desarrollado con 40 estudiantes universitarios chinos que intentaban aprender inglés. Al dividirlos en dos grupos, fue posible comparar los resultados de aprendizaje entre un grupo que aprendía de forma sentada, y otro que complementaba las clases con ejercicios físicos.
Los estudiantes que se ejercitaban en bicicletas fijas a un ritmo tranquilo (en un 60% de su capacidad aeróbica máxima), antes de las clases y con una rutina aeróbica de 15 minutos durante la clase, han presentado mejor desempeño en las pruebas que los que aprendieron sentados.
La clase estaba compuesta por 40 nuevas palabras mostradas en una gran pantalla, junto con fotos ilustrativas. En la evaluación, deberían contestar a un cuestionario de vocabulario, respondiendo frases con las palabras recién adquiridas, o indicar si eran correctas o no en algunas sentencias.
Además del examen realizado en el día de la clase, el aprendizaje logrado junto con la actividad física ha mostrado también mayores efectos a lo largo del tiempo. Los estudiantes deberían volver a hacer una nueva prueba sobre el mismo contenido un mes después. Los estudiantes que han pedaleado, recordaron más palabras y han conseguido contextualizar con más precisión el uso de las oraciones.
De acuerdo con los investigadores, en áreas relacionadas con la lengua, hay menos plasticidad. Para la mayoría de las personas, es más difícil aprender un segundo idioma después de la infancia debido a estas dificultades del cerebro para la adquisición del lenguaje.
“Los resultados sugieren que el aprendizaje mejora cuando se combina con la actividad física”, afirma Simone Sulpizio, coautora del estudio y profesora de psicología y lingüística de la Universidad Vita-Salute San Raffaele, en Italia. “Los beneficios van más allá de la simple memorización, porque la actividad física también mejoró la habilidad de los estudiantes de utilizar esas nuevas palabras aprendidas”, dijo.
Para los profesores de lengua como segunda lengua, el estudio puede indicar una nueva metodología de enseñanza. “No estamos sugiriendo que las escuelas o profesores compren montones de bicicletas. Una conclusión más sencilla es que las clases deberían contemplar alguna actividad física. Sentarse durante horas sin moverse no es la mejor forma de aprender”, recomienda.
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Fuente: El ejercicio mejora la capacidad para el aprendizaje de un nuevo idioma
Estudio: It takes biking to learn: Physical activity improves learning a second language.