Entrevistamos a la doctora Mireia Peláez, profesora de la Universidad Europea del Atlántico, que nos comenta sobre algunos desafíos que presenta la maternidad para las mujeres deportistas.
La profesora Mireia Peláez Puente es doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Es experta en ejercicio físico y salud, prescripción de ejercicio para poblaciones especiales y en la dimensión expresiva del movimiento.
En el marco del nuevo programa patrocinado por FUNIBER, Maestría en Actividad Física Orientada a la Mujer, la hemos entrevistado para que nos explicase algunos aspectos de la maternidad que influyen en la vida y en la carrera de mujeres deportistas.
Diversos estudios han demostrado que la práctica de actividad física durante el embarazo trae beneficios para la gestación, para la gestante y para el bebé.
Pero en el caso de deportistas profesionales, que realizan ejercicios físicos de más intensidad ¿hay otros factores que pueden influenciar para la salud de la gestación durante los entrenamientos?
Sí, hay muchos factores relativos al deporte que pueden influir en la gestación. Especialmente si hablamos de deportistas profesionales. Por ejemplo, los movimientos bruscos, como los cambios rápidos de dirección que se dan en la mayoría de situaciones de competición, pueden comprometer la estabilidad articular, dado que la relaxina y los estrógenos hacen las articulaciones más vulnerables: ligamentos más laxos, más líquido sinovial, cartílago reblandecido,etc. Así, existe más riesgo de lesión durante la gestación.
Otra cuestión a tener en cuenta es la salud del suelo pélvico: realizar actividades de alto impacto, especialmente durante la gestación por el peso del útero, genera microtraumatismos en el periné que pueden llevar al desarrollo de disfunciones como incontinencias o prolapsos.
Uno de los desafíos a los que se enfrenta la mujer deportista es el cambio tan rápido de su esquema corporal: el centro de gravedad se adelanta y eleva, los límites corporales varían. Este hecho hace a las mujeres embarazadas más propensas a las caídas o a los choques. Esto supone un riesgo que el deporte incrementa, puesto que cualquier choque o mala caída no solo puede perjudicar a la mujer, sino también al feto.
Un aspecto de gran importancia a tener en cuenta, que puede dañar al feto es la intensidad del ejercicio. Los estudios indican que cuando la mujer alcanza altas intensidades (más del 90% Fcmáx) aparece bradicardia fetal, un mayor índice de pulsatilidad del cordón umbilical y gran descenso de sangre hacia la zona uterina generando estrés fetal y peligro de hipoxia, por ello se desaconseja entrenar a estas intensidades durante la gestación.
Por todo ello, a pesar de que la mujer gestante debe moverse y entrenar a buenas intensidades (de moderada a vigorosa) para conseguir los beneficios que el ejercicio puede aportarle, el deporte en concreto suele desaconsejarse por organismos internacionales como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) o la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos de Canadá (SOGC), dados los riesgos que supone para la madre y el feto.
Además de los aspectos fisiológicos, hay una serie de cuestiones sobre la conciliación de la maternidad y la carrera deportiva. ¿Cuáles son los principales desafíos para las mujeres que han sido madres recientemente y tienen que volver a la práctica deportiva?
Quizá el mayor desafío es la falta de información acerca del periodo posparto. Recibimos mucha información acerca del embarazo y el parto, pero, ¿qué ocurre después? Entonces es cuando empieza lo realmente complicado, la dedicación de los padres, especialmente de la madre si escoge la lactancia materna, la recuperación lenta de los cambios ocasionados por el embarazo, el estado del suelo pélvico… se conjugan aspectos físicos, emocionales y sociales y muchas mujeres en este momento cuentan que no sabían a lo que se enfrentaban en esta nueva etapa. Considero importante visibilizar las barreras que encuentra una mujer en el posparto para retomar la práctica deportiva.
En España, el Consejo Superior de Deportes lanzó una convocatoria para ayudar las mujeres deportistas que tienen que conciliar su carrera con sus vidas personales durante este año, en 2020, principalmente durante la crisis provocada por la pandemia. En tu opinión, ¿este tipo de ayuda resuelve la rutina de las madres deportistas?
Creo que las barreras no son solo económicas, por tanto, y aunque es una medida que ayuda, no creo que resuelva la problemática.
¿Qué alternativas tienen las mujeres para seguir un plan profesional en el deporte que no les impida de ser madres?
Ser madre no consiste solo en gestar, parir y lactar. Cada mujer puede tener un concepto propio de maternidad y cada familia puede escoger las opciones que vayan más acordes con ese concepto. Hablar del deporte y la maternidad puede no diferir tanto de la combinación de la maternidad con otras carreras laborales. Como he dicho anteriormente, el abordaje de la problemática ha de ser multifactorial. Se ha de proveer a la mujer de la información más completa posible para que haga las elecciones con verdadera libertad, sabiendo las implicaciones reales de sus decisiones y construyendo un tejido social que permita que así sea, teniendo en cuenta, por supuesto, las necesidades integrales del recién nacido.
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