Kin-Ball y Floorball, deportes alternativos para la clase de educación física

Las clases de educación física pueden buscar en los deportes alternativos posibilidades de desarrollar una serie de habilidades y valores de manera más integrada entre chicos y chicas

Por ejemplo, el Kin-ball es un deporte divertido, táctico y colaborativo, que viene siendo un éxito en todo el mundo. Creado en 1986 por el profesor de educación física de Canadá Mario Demers, el deporte a día de hoy cuenta con casi cuatro millones de  practicantes en todo el mundo, según la Federación Internacional de Kin-Ball.

Para jugarlo es necesario contar con una pelota inflable grande, de veinte centímetros de diámetro y un kilo de peso, en una cancha de 20m2. Las reglas de esta modalidad están pensadas para trabajar el espíritu de equipo y la competitividad, estimulando especialmente la concentración.

En un partido hay tres equipos, y cada uno de ellos debe tener cuatro jugadores, que deben tratar de lograr o evitar, dependiendo de quién ataca o defiende, que la pelota toque el suelo.

Otro ejemplo de actividad física alternativa que puede inserirse en las clases de educación física es el Floorball. Esta modalidad, creada en los años sesenta en los EEUU, es una variación del hockey hielo. En este caso, las medidas de la pista y las reglas son bastante similares.

La diferencia más importante del Floorball es que se puede jugar de forma mixta. Además es más seguro porque utiliza instrumentos de plástico y se juega sobre un suelo sin riesgos de caídas.

Esta modalidad se popularizó en los países escandinavos en los noventa. Actualmente se practica en más de 60 países, con casi medio millón de licencias federativas.

Con estas dos modalidades alternativas, los chicos y las chicas pueden divertirse juntos, así como adquirir valores que desarrollen hábitos saludables.

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Fuente: Una nueva forma de aprender

Foto: Creative Commons por Pierre-Yves Beaudouin / Wikimedia Commons