Un estudio publicado en la revista Neurology indica que la actividad física, leve o moderada, podría minimizar los síntomas graves en caso de sufrir un accidente cerebrovascular
Las dificultades para mover la cara, los brazos y las piernas, la dificultad para hablar y los problemas de visión son algunos de los principales síntomas del accidente cerebrovascular (AVC). El AVC más común, llamado isquémico, se produce por la falta de flujo sanguíneo cerebral y es una de las principales causas de discapacidad grave.
La profesora Katharina S. Sunnerhagen, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), afirma que es necesario prevenir el AVC o reducir el impacto causado en el paciente. Sunnerhagen lideró una investigación que sugiere que una pequeña cantidad de actividad física semanal puede tener efectos protectores para disminuir la gravedad del ataque.
Durante el estudio, los investigadores analizaron a 925 personas con un promedio de edad de 73 años que habían sufrido un accidente cardiovascular en los registros suecos. Entre ellos, el 80% había sufrido un accidente considerado leve.
Para analizar los efectos de la práctica de actividad física para la protección contra los síntomas del AVC, los investigadores realizaron cuestionarios sobre la duración y la intensidad del ejercicio. Del total de participantes del estudio, el 52% era sedentario antes de sufrir un accidente cardiovascular.
La dra. Katharina S. Sunnerhagen reconoce que el hecho de realizar cuestionarios puede comprometer los resultados del estudio, ya que algunos pacientes tienen problemas de memoria. Si embargo, esta investigadora cree que los resultados muestran una asociación relevante. Las conclusiones del estudio indican que quien realiza actividad física puede presentar dos veces más probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular leve en comparación con la población sedentaria.
La profesora de la Universidad de Boston, Nicole Spartano, al comentar la investigación afirma creer que el ejercicio leve o moderado permite mantener sana una red compleja de vasos sanguíneos cerebrales. A la vez, indica que para determinar la frecuencia, la intensidad y la duración de la actividad física más adecuada son necesarios más estudios.
Como actividad leve, el estudio determinó caminar al menos cuatro horas por semana, y como moderada, natación, carrera y caminata rápida de 2 a 3 horas semanales.
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Fuente: Realizar actividad física ligera o moderada se relaciona con síntomas más leves en ictus
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