A pesar de las ventajas que proporciona esta tecnología, todavía hay brechas de seguridad que conviene conocer.
En 2013 Apple sorprendió con el lanzamiento de su nuevo iPhone 5s, que contaba con un sensor para huellas digitales que permitía desbloquear el teléfono. Hace dos años, la compañía lanzó un nuevo teléfono móvil, el iPhone X, que incorporaba un sistema de reconocimiento facial conocido como Face ID.
Paralelamente a los avances de la compañía estadounidense, países como China se han modernizado de forma más rápida. Recientemente el país asiático fue noticia por una nueva ley que obliga a toda persona que quiera adquirir una tarjeta SIM, a someterse a un escaneo facial.
Todo lo anterior evidencia que las tecnologías biométricas (huella dactilar, iris, reconocimiento facial o reconocimiento de voz) están en auge. Según un informe emitido por la Comisión Europea, el mercado global de la biometría generará unos ingresos de aproximadamente 63,5 mil millones de euros entre 2016 y 2025. Sin embargo, la seguridad de este tipo de tecnología no está completamente garantizada.
Con la introducción de la huella dactilar en los móviles iPhone hace seis años, comenzaron los intentos por lograr desbloquear el teléfono de formas ilícitas. La compañía china Vkansee demostró que una réplica de una huella en plastilina podía permitir el acceso al dispositivo.
Expertos advierten de la inseguridad de emplear la tecnología biométrica como único elemento de desbloqueo de nuestro dispositivo y recomienda emplear otras medidas de seguridad adicionales.
FUNIBER patrocina numerosos programas universitarios centrados en profundizar sobre nuevas herramientas, como las tecnologías biométricas. Uno de los cursos ofrecidos es la Maestría en Transformación Digital.
Fuente: Las 4 brechas de seguridad del lector de huellas y reconocimiento facial.
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