No se puede negar que la pandemia del COVID-19 ha cambiado nuestra forma de trabajar, y seguirá afectando al lugar de trabajo en el futuro. Antiguamente, nos levantábamos mucho antes de tener que estar en la oficina y hacíamos largos desplazamientos para llegar a ella.
Ahora, en el mundo del trabajo a distancia, podemos levantarnos y trabajar desde la cama. Aunque el trabajo a distancia ha proporcionado beneficios a los trabajadores, como una mayor flexibilidad en la ubicación, la ausencia de desplazamientos y la comodidad de trabajar desde casa, el teletrabajo puede ser un arma de doble filo. Uno de los mayores efectos secundarios del trabajo a distancia que afecta a los trabajadores individuales y ha llegado a dominar el sentimiento público es una condición conocida como «agotamiento».
El burnout o agotamiento es un fenómeno que ya existía mucho antes de la aparición de la pandemia, pero que se ha exacerbado enormemente con el actual entorno laboral. Desde el punto de vista médico, el burnout es un síndrome provocado por el estrés en el trabajo. Los principales síntomas del burnout son el cinismo sobre el trabajo, la sensación de agotamiento y la disminución de la productividad.
En todo el mundo, casi la mitad de los empleados declararon sentirse quemados en 2021, según una encuesta de McKinsey and Company. Cuando se trata de estrés a menor escala, el 79% de los trabajadores estadounidenses informan que han sentido estrés relacionado con el trabajo en el último mes. Está claro que los empleados de todo el mundo se están viendo afectados psicológicamente por la pandemia, pero, ¿por qué?
Uno de los principales factores propuestos detrás de la sensación de agotamiento es la pérdida de equilibrio entre la vida laboral y personal que conlleva el trabajo a distancia. Una de las principales ventajas que ofrecen las oficinas es una zona centrada en el trabajo, al menos, parcialmente libre de distracciones. Sin embargo, los trabajadores remotos se encontraron con que su trabajo se inmiscuía en su espacio personal, en lugar de estar relegados a una oficina lejana. Esto hacía más difícil establecer límites, lo que aumentaba la sensación de agotamiento, al tiempo que eliminaba cualquier posible beneficio que los empleadores ofrecieran en un entorno de oficina.
Además, como los niños también se veían obligados a ir a la escuela a distancia, la responsabilidad del cuidado de los niños recaía en mayor medida en los trabajadores remotos. Esto tuvo un profundo impacto en las mujeres en la fuerza de trabajo. Durante el año 2020, el porcentaje de mujeres que se sienten quemadas aumentó del 32% al 42%, mientras que el porcentaje de hombres sólo subió del 28% al 35%. Debido a este aumento de las exigencias, muchas mujeres tuvieron que dejar sus puestos de trabajo, lo que dio lugar al nivel más bajo de mujeres en la fuerza de trabajo visto desde la década de 1990 en los Estados Unidos.
El paso al trabajo a distancia y a un lugar de trabajo cada vez más virtual tiene graves repercusiones en el mundo empresarial. Para profundizar en este mundo, FUNIBER patrocina la Maestría en Transformación Digital.
Fuentes:
Burnout and stress are everywhere
Employee burnout is ubiquitous, alarming—and still underreported
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