La agricultura 4.0 va más allá de la precisión y se refiere a aquellas intervenciones que se dan a partir de un análisis exacto de los datos recopilados a través de tecnologías avanzadas.
Este tipo de agricultura reúne todas las herramientas y estrategias con el objetivo de hacer un uso sinérgico de las tecnologías 4.0. Gracias a esto es posible recopilar, integrar y analizar de manera automática los datos obtenidos del campo, de sensores o de terceros.
Lo que se pretende con estas tecnologías es apoyar al agricultor de una manera más precisa. De esta forma, los procesos agrícolas puede beneficiarse al aumentar la rentabilidad y sostenibilidad económica, medioambiental y social.
La agricultura 4.0 hace uso de tecnologías como sensores remotos, drones y sistemas de información geográfica. Eso a su vez es de utilidad a la hora de recopilar datos diversos como las condiciones del suelo, el clima o las necesidades de los cultivos. Todo en tiempo real.
Su relación con la sequía
Con ayuda de sus sensores y tecnología de monitoreo, esta agricultura puede ayudar a combatir la sequía. Para mejorar la eficiencia del agua y reducir su desperdicio, los agricultores se apoyan de los sensores encargados de medir la humedad del suelo y la temperatura del aire. Esto les permite ajustar el riego y la fertilización.
Por otro lado, los sensores son capaces de detectar enfermedades o plagas en los cultivos. La ventaja de esto es que los agricultores pueden actuar más rápido para prevenir la propagación.
Además, el uso de drones y satélites permite la recopilación de datos en formato de imágenes y vídeos de alta resolución. Con esto, la detección de áreas de cultivo que experimentan estrés hídrico puede ser más efectiva, permitiendo a los agricultores ajustar el riego y evitar desperdicios.
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Fuente: Este es el impacto de la agricultura 4.0 en la sequía.
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