Dos años después de que se registrase el primer caso de Covid-19, muchos profesionales todavía luchan para recuperarse económicamente de la crisis provocada por la pandemia.
El aumento de precios, el cierre de empresas y las afecciones de salud dificultan la recuperación.
Hay otro elemento que también ha añadido a la desesperación de muchos ciudadanos en el mundo: la electricidad. En muchos países, los precios de las facturas de energía ha sido una lucha para muchos hogares.
Así, se puede decir que este año de 2021 se termina sin conseguir recuperar de los efectos económicos provocados por la pandemia en muchos países.
Según el periódico La Vanguardia, la subida de electricidad está originada principalmente por el incremento de la demanda de energía, para conseguir abastecer la industria. La oferta, que no ha podido seguir a la demanda, ha hecho disparar los precios.
Por ejemplo, la demanda en gas natural en China ha impactado sobre los mercados globales. Por otro lado, el parón provocado durante el confinamiento ha provocado también la disrupción de suministros al frenar la extracción de materias primas.
A estos aspectos, y otros de orden geopolítica, se suman los efectos climáticos que han generado situaciones de sequías y olas de frío, impactando también sobre la demanda de energía.
Otros países, como ocurre en Brasil, están viviendo una crisis hídrica. En territorio brasileño, los embalses han estado bajo mínimos y las facturas de la luz por las nubes. En algunos países como Perú y México, el Estado ha tenido que intervenir en las empresas para evitar precios abusivos.
Previsiones para 2022
La tendencia actual en el sector energético no nos lleva a un escenario muy optimista. Los precios del gas continúan subiendo y el barril de petróleo Brent está a 30 euros más caro en relación al inicio de 2021.
Las necesidades y los recursos alternativos que cada país tiene serán fundamentales para poder ofrecer energía a la población de manera sustentable y con capacidad de competir con el mercado internacional.
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Fuentes:
Los otros efectos de la pandemia: el mundo despide 2021 sumido en una crisis energética global