Muchas medidas impulsadas por el gobierno español no han tenido en cuenta la zona rural, en muchos casos poblada por adultos mayores, uno de los grupos más azotados por el coronavirus.
La organización HelpAge International ha elaborado un documento donde expone los principales problemas a los que se enfrentan los adultos mayores en los pueblos.
Uno de los inconvenientes de habitar estos espacios es la distancia entre la vivienda y el centro médico, un factor propiciado por los recortes en el ámbito sanitario. También hay grandes carencias en el transporte público.
“En España, las personas que viven en zonas de campo o rurales pueden encontrar muchas barreras para acceder a la atención primaria debido a la falta de personal sanitario y a la centralización de las infraestructuras médicas en las capitales de provincia. Por tanto, las personas mayores que no cuentan con coche propio o carné de conducir dependen de otras personas para poder hacer revisiones en hospitales o acceder a servicios médicos que requieren mayor atención”, indica la organización.
El confinamiento ha conllevado el cierre de centros de día que ha dificultado la atención de personas dependientes. Aunque se han reforzado los servicios de Atención Domiciliaria y Asistencia, desde HelpAge International solicitan una remodelación de la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia.
Además de la dificultad de acceder a centros sanitarios, obtener bienes de primera necesidad es otro inconveniente, ya que muchas zonas rurales carecen de supermercados, farmacias o comercios similares. La colaboración vecinal ha sido una alternativa para garantizar la distribución de suministros.
Otro aspecto de diferenciación entre ciudades y zonas rurales es la brecha digital que hay en estas últimas: “además de no contar con la misma posibilidad para acceder a información y recursos de utilidad para llevar a cabo medidas de prevención, esta brecha digital puede provocar mayor aislamiento social durante el confinamiento y desescalada. Muchas personas mayores que viven alejadas de sus familias pueden haberse encontrado solas durante mucho tiempo y no contar con la tecnología o medios para poder realizar videollamadas y comunicarse con sus familiares y amigos”.
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Mayores en los pueblos: doblemente atendidos por la ‘red social’ de los vecinos.
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