Separar a los alumnos en las escuelas para atender individualmente sus necesidades únicas ha dado lugar a diversos resultados.
Las investigaciones sobre los beneficios de la enseñanza diferenciada en la escuela, ya sea por sexo o por capacidades, han sido variadas. La agrupación homogénea se asocia a menudo con la separación por sexo, pero hay otras formas de formar grupos educativos.
La idea que subyace a la separación de alumnos y alumnas es la de dar cabida a diferentes ritmos de maduración y estilos de aprendizaje. Así se puede adaptar un proceso de enseñanza para ambos. Un estudio del Instituto Suikoff (EE.UU.) descubrió que esta forma de agrupación homogénea era especialmente beneficiosa para las chicas. Les permitía participar más en temas sociopolíticos, aumentar su confianza en las matemáticas y mostrar mayor interés por los temas de ingeniería.
La educación diferenciada también puede suponer la agrupación de los alumnos según su capacidad en determinadas materias en la escuela. Sin embargo, las investigaciones han mostrado resultados contradictorios sobre los beneficios de este estilo de educación. Algunos estudios demuestran que, en realidad, tiene un impacto negativo en los alumnos de baja capacidad y ninguna ventaja para los de capacidad media o alta.
Otros estudios demuestran que agrupar a los alumnos en función de su nivel de preparación mejora en realidad el rendimiento académico de los alumnos de baja capacidad. También fomenta una mayor comprensión de las matemáticas para los alumnos de alto rendimiento.
La idea que subyace a esta educación diferenciada es permitir a los profesores la oportunidad de atender las necesidades de cada alumno. Pueden dirigirse directamente a sus capacidades y fomentar su estilo de aprendizaje. Con el limitado éxito que representa la investigación del agrupamiento homogéneo, se recomienda introducirlo en combinación con otras metodologías. Esto incluiría la variación de recursos y procedimientos de evaluación dentro del agrupamiento heterogéneo.
En lugar de la separación completa de los alumnos, muchos sistemas educativos europeos se centran en una mayor inclusión. Esto conlleva una mayor diferenciación en el aula, ya que se ofrece a los alumnos recursos personalizados para ayudarles en su aprendizaje. Esto está basado en el hecho de que los estudiantes son diferentes. Los alumnos aprenden en grupos heterogéneos, pero siguen recibiendo una instrucción individualizada basada en sus capacidades e intereses.
Hay otras formas en que las escuelas pueden reconocer al individuo sin separarlo directamente en grupos. Por ejemplo, en el caso de los alumnos con menos capacidades, los profesores pueden introducir un sistema de calificación menos complejo u oportunidades de apoyo adicionales. En general, es importante utilizar materiales inclusivos que eliminen las barreras y maximicen la interacción con los alumnos individuales.
A pesar de las críticas contradictorias sobre la educación diferenciada total basada en el género o la capacidad, los principios que la sustentan pueden aplicarse a otras oportunidades de educación individualizada. De este modo, se puede mejorar el aprendizaje de cada uno de los alumnos.
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