El sistema educativo cambia constantemente, pero algunos nuevos métodos pueden no ser beneficiosos para los alumnos.
Catherine L’Ecuyer, experta en educación, ha publicado un novedoso ensayo titulado «Conversaciones con mi profesor» en el que expone su opinión sobre estas nuevas tendencias en las aulas. Comparte lo que las escuelas necesitan para educar eficazmente a los estudiantes y qué nuevos métodos no están funcionando. En una entrevista con el periódico español El País, L’Ecuyer explica su investigación y los conceptos incluidos en su libro.
Primero, L’Ecuyer hace hincapié en la necesidad de adaptar la enseñanza específica para cada grupo de edad. Por ejemplo, los niños más pequeños necesitan experiencias sensoriales, relaciones interpersonales y demostraciones para comprender la información. No pueden aprender de una lección al estilo de una clase magistral. Los niños no nacen sabiendo, por lo que L’Ecuyer insiste en la necesidad de facilitar un entorno educativo adecuado. Al establecer un marco conceptual, o una guía de trabajo para el aprendizaje del niño, el proceso educativo es menos caótico.
A continuación, L’Ecuyer habla del uso de la tecnología en el aula. Hay una tendencia reciente a aumentar el uso de la tecnología para mejorar el aprendizaje digital. Sin embargo, L’Ecuyer advierte del peligro que supone el uso inmediato de la tecnología. Explica que un niño debe desarrollar primero una base de conocimientos antes de navegar por esta tecnología. Internet está lleno de información y puede resultar abrumador para un estudiante principiante. Si se establece una sólida base educativa antes de incorporar la tecnología, los alumnos se sentirán menos abrumados por la nueva información.
El aprendizaje debería ser un proceso lento y complejo, por lo que la reciente tendencia a bombardear a los estudiantes con un aprendizaje rápido debería hacer saltar algunas alarmas. Cuando a los alumnos se les enseña una tonelada de información cada día, no tienen tiempo para aprender realmente o procesar la información por sí mismos. Al adoptar un enfoque más lento, los alumnos pueden comprender el material antes de pasar a la siguiente lección.
De forma similar, L’Ecuyer critica la perspectiva de que las escuelas y universidades están diseñadas únicamente para preparar a los estudiantes para sus futuras carreras. La educación es mucho más que eso. Explica que estos campus deberían ser oportunidades para avanzar en nuestro conocimiento de quiénes somos como personas, de dónde venimos y para entender mejor nuestro mundo. En la escuela podemos aprender a pensar por nosotros mismos, desarrollar nuestras propias ideas y apreciar nuestros conocimientos. En lugar de centrarnos directamente en la preparación para el trabajo, podemos hacer crecer nuestras habilidades para la vida y adquirir un amplio conocimiento en el aula.
La última tendencia que aborda L’Ecuyer es el aumento del uso de los medios audiovisuales en lugar de la lectura. Habla de los beneficios de la literatura, a pesar del estereotipo general de que es aburrida para los estudiantes. Al leer, los alumnos pueden practicar la concentración en un entorno tranquilo y aprender a su propio ritmo. Cuando los alumnos se leen a sí mismos, van a su propio ritmo y pueden procesar internamente la información de la literatura mientras leen. De hecho, esto permite cierta autonomía en el proceso de aprendizaje de los alumnos y les permite avanzar en sus conocimientos a su propio ritmo.
En general, L’Ecuyer anima a los padres a tener en cuenta la filosofía educativa de los colegios que consideran para sus hijos. En lugar de centrarse en la clasificación, la clase social o la proximidad, los padres pueden investigar los estilos de enseñanza del centro. De este modo, se asegurará de educar estratégicamente a los alumnos para hacer crecer sus conocimientos y su interés por el aprendizaje.
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