La malnutrición es un tema de salud pública de creciente preocupación en todo el mundo. Un estudio reciente, publicado en The Lancet, revela las tendencias alarmantes de peso insuficiente y obesidad en diferentes grupos de edad.
El sobrepeso y la obesidad se han convertido en uno de los mayores desafíos para la salud pública a nivel global. El incremento en la disponibilidad de alimentos hipercalóricos y la disminución de la actividad física han llevado a un aumento alarmante en los niveles de obesidad en todas las edades. Sin embargo, mientras la obesidad se convierte en una epidemia, sigue existiendo un número significativo de personas con peso insuficiente o delgadez.
El estudio, que se titula «Worldwide trends in underweight and obesity from 1990 to 2022: a pooled analysis of 3663 population-representative studies with 222 million children, adolescents, and adults», utilizó datos de 3663 estudios representativos en 200 países y territorios, con un total de 222 millones de participantes. Se centra en dos grupos de edad específicos: adultos (20 años o más) y niños y adolescentes en edad escolar (5 a 19 años). Se utilizó un modelo bayesiano jerárquico para analizar la prevalencia individual y combinada de peso insuficiente y obesidad, y cómo han cambiado a lo largo de los años.
Prevalencia en adultos, niños y adolescentes
Entre 1990 y 2022, se observó una disminución en la prevalencia combinada de estas dos formas de malnutrición en un pequeño número de países para hombres y mujeres. Sin embargo, alarmantemente, en la mayoría de los países, esa prevalencia combinada está aumentando. Las naciones insulares en el Caribe, Polinesia, Micronesia y países de Oriente Medio y África del Norte han reportado las mayores tasas de incidencia. Además, en 2022, la prevalencia de obesidad resultó ser mayor que la del peso insuficiente en la mayoría de los países.
Resulta especialmente preocupante la situación entre los niños y adolescentes en edad escolar. Mientras que algunos países han mostrado una disminución en la prevalencia de la doble carga de la malnutrición, muchos otros han experimentado un aumento significativo en ambos extremos. Polinesia, Micronesia y el Caribe se mantienen como las regiones con las tasas más altas de delgadez y obesidad. Chile y Qatar también figuran como países con altas prevalencias, especialmente en niños.
El rol de la nutrición y el estilo de vida
Estas tendencias preocupantes tienen su origen en múltiples factores, pero la mala alimentación y el sedentarismo juegan un papel clave. La disponibilidad de comida chatarra y bebidas azucaradas, sumado a la disminución de la actividad física, ha llevado a cambios drásticos en el estilo de vida de las personas. Por otro lado, la persistencia del bajo peso en algunos países se debe a la inseguridad alimentaria, a las condiciones económicas precarias, a la alimentación o cuidados inapropiados, a la ingesta insuficiente de vitaminas y nutrientes, entre otros. Este problema no debe ser considerado aisladamente, dado a que la transición de bajo peso a la obesidad puede ocurrir de forma inmediata. Es importante abordar estos factores a través de políticas que promuevan y propicien oportunidades de alimentación saludable, que establezcan sistemas alimentarios sostenibles y resilientes, que crean entornos seguros y propicios para la nutrición en todas la edades y la práctica regular de actividad física.
Este estudio proporciona una llamada de atención para tomar medidas urgentes a nivel global. Desde programas de educación nutricional en escuelas hasta restricciones en la publicidad de alimentos no saludables, es necesario implementar una serie de acciones coordinadas para hacer frente a la crisis de la malnutrición. Con la inversión adecuada en políticas y recursos, se pueden revertir estas tendencias preocupantes y permitir que las futuras generaciones vivan vidas más saludables.
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