Florence Bell contribuyó al descubrimiento de la estructura del ADN, pero nadie sabe su nombre. Bell, nacida en 1913 en Londres, fue una de las cada vez más numerosas alumnas que estudiaron ciencias naturales en el Girton College de la Universidad de Cambridge.
En 1937, Bell se trasladó a la Universidad de Leeds para trabajar como asistente de investigación a las órdenes del físico William Astbury, que utilizaba los rayos X para estudiar la lana y otras fibras biológicas.
Los estudios de Astbury sobre los rayos X demostraron que las proteínas de las fibras de lana tenían una estructura parecida a la de una cadena molecular, formada por la unión de sustancias químicas más pequeñas llamadas aminoácidos. Esta cadena podía estirarse o compactarse: el hecho de que estas proteínas pudieran cambiar de forma fue un descubrimiento crucial. Cuando Astbury empezó a ampliar sus estudios a otras fibras biológicas, contó con la ayuda de Bell.
Llamaba a Bell su «abogado del diablo» por su disposición a desafiar sus ideas. Astbury encomendó a Bell la tarea de tomar imágenes de rayos X, lo que requería tiempos de exposición de hasta 10 horas, todo ello en una sala oscura y cerca de alta tensión eléctrica y otros instrumentos peligrosos. Pero Bell estuvo a la altura del reto y en 1938, basándose en las imágenes de rayos X que había tomado, ella y Astbury propusieron un modelo de la estructura del ADN.
Este modelo serviría de base vital para James Watson y Francis Crick cuando comenzaron sus propios trabajos sobre el ADN y también para Rosalind Franklin en sus trabajos posteriores.
Desgraciadamente, justo cuando Bell estaba en la plenitud de su trabajo, tuvo que dejarlo. En 1941 fue llamada a trabajar en la Fuerza Aérea Auxiliar Femenina. Más tarde se casó con un militar estadounidense y emigró a Estados Unidos. Allí trabajó como química industrial hasta que renunció para cuidar de sus cuatro hijos.
Según uno de sus hijos, Chris Sawyer, durante su estancia en las Fuerzas Aéreas fue una de las primeras personas que trabajaron en el desarrollo del radar (detección y alcance de radio).
Florence Bell debe ser recordada por su trabajo pionero en la comprensión del ADN.
FUNIBER promueve estudios relacionados con este tema, como:
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Fuente: Florence Bell, la «nueva dama oscura del ADN» que ayudó a que comprendiéramos de qué estamos hechos
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