Un estudio demuestra que las personas comen más cuando se etiqueta un alimento como saludable.
Una investigación realizada por Jacob Suher, estudiante doctoral en la Facultad de Negocios McCombs de la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos, indica que las personas suelen comer más cuando un alimento es etiquetado como «saludable», este efecto se produce porque las personas inconscientemente piensan que los alimentos saludables pueden saciar menos y se requieren más porciones para no sentir hambre; pero también se pudo identificar que las personas comen menos cuando los alimentos son etiquetados como «nutritivos». «A medida que tenemos más alimentos etiquetados como saludables, podríamos estar fomentando la epidemia de obesidad en lugar de combatirla«, indicó el autor del estudio.
Joy Dubost, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, indicó que este estudio demuestra que la percepción de las personas acerca de sus alimentos puede ser muy distinta a la forma en la que el organismo pudiera responder a ellos. «Claramente, tenemos que empezar a abordar tanto la consciencia como el inconsciente en nuestros mensajes sobre la alimentación saludable» destacó Dubost.
Al parecer las personas realizan una asociación extrema al considerar la calidad de sus alimentos. Por un lado al formarse la idea de alimentos saludables podrían asociarlo a una ensalada y cuando forman su idea de alimento no saludable asociarlo a una pizza, generando en su mente la percepción de que los alimentos saludables sacian menos.
El estudio se realizó en tres etapas y en todas las fases se demostró que las personas asocian los alimentos saludables con una baja capacidad para saciar el hambre.
En la primera etapa del estudio participaron 50 estudiantes de posgrados a los que se les mostraron fotos de alimentos saludables y no saludables, y se les pidió que las asocien con las palabras «sacia» o «no sacia». En esta prueba los investigadores encontraron una fuerte asociación entre los alimentos no saludables y la percepción de sentirse saciado.
En la segunda etapa se midió los niveles de hambre de 40 estudiantes de postgrado después de ingerir galletas que fueron etiquetadas como «saludable» o «no saludable». Las galletas eran iguales, pero los estudiantes que consumieron las galletas «saludables», expresaron que sintieron hambre después de 45 minutos.
En la tercera fase se indicó a 70 estudiantes que podían pedir la cantidad de palomitas de maíz que considerasen como necesarias para dejar de estar hambrientos. Los estudiantes podían elegir entre palomitas etiquetadas como «saludables», «no saludables» y «nutritivas». En esta experiencia comieron más aquellos que eligieron las palomitas saludables, mientras que los del grupo que eligieron las palomitas «nutritivas» comieron menos que los del grupo que eligieron palomitas «saludables», pero más que los del grupo que eligieron alimentos «no saludables».
Resulta importante destacar que el efecto de la palabra «saludable» se mantuvo incluso entre las personas que expresaron que estaban en desacuerdo con que los alimentos saludables podían saciar menos. El investigador indicó que este efecto es muestra de que la respuesta a la palabra se genera en el inconsciente de la persona y la reacción del organismo es automática.
Dubost indicó que se requieren más estudios para determinar los efectos del etiquetado de alimentos en otros grupos como las personas mayores, las de mediana edad o las personas obesas.
El investigador indicó que las personas que deseen mejorar su dieta deberían asociar la palabra «nutritivo» con la palabra «saludable» al momento de elegir sus alimentos. «Las personas parecen asociar la idea de nutrición con producir la sensación de saciedad», resaltó Dubost.
Los estudiantes del área de Nutrición de FUNIBER investigan estrategias efectivas para mantener un buen estado de salud y brindar recomendaciones efectivas para sus pacientes.
Fuente: http://fnbr.es/2c4
Foto Creative Commons: USDAgov