El ruido producido por la actividad humana ha demostrado tener un impacto negativo en los océanos según un estudio de la revista Science.
El estudio de estas consecuencias se basa en el análisis de más de 10.000 artículos sobre el impacto del ruido en la acústica natural de los océanos. Este tiene consecuencias negativas en todos los niveles marinos, desde los grandes mamíferos hasta las larvas y el zooplancton que sustentan la vida en los océanos.
Carlos Duarte, biólogo marino en la Universidad King Abdullah of Science and Technology (KAUST) y principal científico de la investigación explica cómo este problema pasa desapercibido en comparación con otros de la misma magnitud. “La importancia de la salud acústica del océano se ha subestimado y no ha alcanzado el nivel de reconocimiento que otros vectores relacionados con la actividad humana como la sobrepesca”. De ahí la importancia de abordar la problemática con la mayor rapidez posible antes de que sus efectos sean irreversibles.
El cambio climático, principal culpable
El calentamiento global y sus consecuencias, como el derretimiento del hielo marino o el incremento de las tormentas y olas de calor, degradan el medio marino alterando el ruido natural del mismo. Duarte cuenta cómo, cuando un arrecife muere por el aumento de las temperaturas, el sonido del mismo que guiaba la vida marina muere con él, provocando que miles de animales se desorienten y sean incapaces de encontrar su hogar.
Este incremento de la temperatura produce también que especies de climas más templados lleguen a las aguas del Ártico, donde se ven obligadas a competir con las especies autóctonas. Es el caso de las ballenas, que migran en busca de alimento y temperaturas más bajas, desplazando a las belugas residentes en el Ártico y provocando, en ocasiones, su muerte.
Al calentamiento global, cabe añadirle el ruido subproducto de las actividades humanas. Como el producido por el transporte marítimo, los sonares o las exploraciones sísmicas de petróleo y gas. Todas ellas modifican el comportamiento natural de los animales marinos. Algunos se ven forzados a abandonar su hábitat de alimentación, mientras que a otros les resulta imposible huir. Esto se traduce en una pérdida de cohesión social entre animales y una alteración de la cadena alimenticia propia del océano.
En definitiva, la perturbación del ruido marino es un problema que no puede aplazarse más. La esperanza reside en la disminución y eliminación parcial del ruido antropogénico, además de en la gran capacidad de recuperación de los animales.
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Fuente: El cambio climático y el ruido ajeno silencian los sonidos del mar
The soundscape of the Anthropocene ocean
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