La Unión Europea se topa con un problema en su carrera hacia los coches eléctricos: la escasez de litio.
El litio es un componente fundamental de las baterías que deberán alimentar a los vehículos del fututo. Además, la Unión Europea (UE) tiene dentro de sus planes prohibir la venta de coches que hagan uso de gasolina y diésel. Esto ha ocasionado un aumento en la búsqueda del material.
Benchmark Mineral Intelligence ha previsto que la demanda del litio aumente, alcanzando las 550.000 toneladas anuales. Sin embargo, esta cifra es más del doble de lo que puede producir la región.
En la misma línea, Daisy Jennings-Gray, analista de Benchmark Mineral Intelligence, ha afirmado que «todo el mercado mundial seguirá siendo deficitario a finales de la década» y que «Europa se encontrará probablemente en una posición ajustada en términos de disponibilidad y no puede permitirse ningún retraso en los proyectos nacionales para extraer el metal».
De hecho, la falta de litio es un problema que ha sido manifestado por Albemarle, el mayor productor mundial de litio. En su caso, han dejado de extraerlo en Europa debido a que no encuentran un emplazamiento viable.
Este problema también repercute en la competición de Europa con China, puesto que este país cuenta con el 44% del suministro mundial y se ha ido expandiendo de manera rápida en la industria de los coches eléctricos. Asimismo, se va abriendo paso por el mercado europeo.
Los fabricantes de automóviles han tenido que comenzar a buscar alternativas que les permitan mejorar las predicciones a futuro.
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