El ejercicio físico ha demostrado ser eficaz a la hora de combatir la ansiedad. Estar activos ayuda a controlar los síntomas de dicha enfermedad.
Cuando la ansiedad se manifiesta, hacer deporte parece la última opción viable y apetecible para sentirse mejor. Sin embargo, es una de las alternativas que puede contribuir en la lucha contra esta enfermedad. Entre los beneficios del ejercicio físico se encuentran:
Aumenta la relajación
La práctica de ejercicio libera endorfinas y ayuda al cuerpo a relajarse. Además, al trabajar la musculatura, se obtiene más control sobre ella. Esto permite identificar y paliar una tensión fuera de lo normal, como puede ser causada por la ansiedad.
Favorece un sueño reparador
Hacer deporte nos ayuda a dormir mejor. Parece algo obvio pero un buen descanso repercute más de lo que creemos en los niveles de ansiedad. Después de un sueño reparador, la concentración aumenta y el ánimo se incrementa.
Cambia el foco de atención
Al sufrir un pico de ansiedad, resulta muy complicado salir de ahí o centrarse en otra cosa. El ejercicio es tan exigente para nuestro cuerpo y nuestra atención que nos obliga a desconectar del malestar para poder centrarnos en la tarea que estamos llevando a cabo.
Provoca la liberación de irisina
La irisina es una hormona que ha sido relacionada en numerosas ocasiones con los niveles de ansiedad. Por ello, a mayor liberación de esta hormona, menos sensación de malestar. Los ejercicios aeróbicos, en especial, contribuyen a la secreción de irisina.
Mejora la autoconfianza
La ansiedad provoca problemas de inseguridad y autoconfianza, llegando a generar un estado de duda constante. Sin embargo, hacer ejercicio físico consigue mejorar la confianza en nosotros mismo así como el sentimiento de eficacia a medida que alcanzamos metas.
Mantiene sano el aparato respiratorio
Uno de los síntomas más comunes de la ansiedad es la respiración agitada y superficial. Cuánto más agitadamente respiramos, más ansiedad sentimos ya que este tipo de respiración suele ser una respuesta al miedo y a la tensión. Hacer deporte favorece una respiración más tranquila, mejorando además el control que tenemos sobre la misma.
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