Ejercicio físico: principal aliado del envejecimiento activo

La práctica de ejercicio físico regular es una de las principales estrategias no farmacológicas para envejecer de forma saludable. Es lo que apunta el estudio realizado por Mabel García Porro en el 2014, para analizar los últimos avances en el conocimiento acerca de la actividad física en el proceso fisiológico del envejecimiento.

El envejecimiento es un proceso orgánico que produce una involución de las capacidades físicas, al deteriorar el estado físico y llevar a una reducción de la funcionalidad, provocando el desarrollo de enfermedades degenerativas.

Para suavizar este proceso y proponer una nueva forma de envejecer, muchas áreas del conocimiento de las Ciencias de la Salud y de las Políticas Sociales promueven actualmente el Envejecimiento Activo que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata del proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas se ponen más viejas.

Hoy, se reconoce que la edad no es un obstáculo para la realización de actividad física. Por ello, se recomienda hacer ejercicio de forma regular y moderada, ya que el ejercicio crónico intenso puede ser prejudicial. Para los ancianos, solamente 30 minutos diarios ya pueden mejorar significativamente su salud y el bienestar.

Beneficios
Algunos de los beneficios del ejercicio físico para el envejecimiento saludable:

– Reduce el riesgo de caídas debido a un incremento de la fuerza, flexibilidad y equilibrio.
– Reduce el riesgo de fracturas.
– Facilita la rehabilitación de enfermedades agudas y crónicas.
– Disminuye el tiempo de reacción, manteniendo la perfusión cerebral y la cognición.
– Recupera la capacidad funcional del sistema cardiovascular.
– Mejora de la capacidad funcional de los sistemas orgánicos.

El ejercicio físico intencional, practicado regularmente, con la progresión y dosis adecuadas, es la mejor herramienta disponible para retardar e impedir las consecuencias del envejecimiento. Por otro lado, la falta de ejercicio acelera este proceso y sus posibles consecuencias, como puede ser el deterioro de la aparencia de la propia persona.

En el momento de establecer una terapia antienvejecimiento es importante tener en cuenta las características individuales de los sujetos, tales como la edad biológica, condición física actual, experiencia previa, enfermedades y lesiones anteriores y preferencias por actividades. Por ello, la buena formación de los profesionales deportivos es fundamental.

El programa de la Maestría en Entrenamiento y Gestión Deportiva de FUNIBER ofrece a sus alumnos la posibilidad de diseñar planes de ejercicio físico saludable adaptados a diferentes enfermedades y grupos poblacionales, incluso a personas en proceso de envejecimiento, que son acompañados por profesionales también capacitados en la creciente área de Gerontología.

Fuente: http://fnbr.es/1of, http://fnbr.es/1og
Fotografía: Dominio público