Los huertos urbanos surgieron hace más de un siglo como respuesta a la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, sus usos en la actualidad son bien diferentes.
Los huertos urbanos se entienden como espacios al aire libre destinados al cultivo de frutas y hortalizas.
Aunque podría considerarse como una tendencia de moda en la actualidad, lo cierto es que su origen se remonta a la Primera Guerra Mundial, época en la que estos huertos proliferaron para apoyar la economía de guerra y para lograr la subsistencia de la población.
Si bien comenzaron a desarrollarse en ambientes rurales, los huertos urbanos se desplazaron progresivamente a las ciudades, lo que generó el concepto que se extiende en la actualidad, la idea de huerto urbano “como herramienta de apoyo y sensibilización sobre todo en las zonas más pobres”, indica la web Coolhuntermx.
Concretamente, en México, la llegada de esta iniciativa recordó a otras propuestas empleadas en la antigüedad, con el método de la chinampa. “En un territorio cubierto de agua, el pueblo mesoamericano desarrolló un sistema de ‘balsas’ hechas de troncos y varas cubiertas con tierra. En estas se cultivaban flores y verduras que, además, permitió la expansión territorial en ríos y pantanos”, recuerda la web anteriormente mencionada.
En la actualidad la creación de este tipo de huertos responde a diferentes necesidades: fortalecimiento comunitario, ocio, educación ambiental, creación de microclimas, mejora de la economía y autonomía alimentaria.
El auge de estos espacios provocó que en 2017 la Ciudad de México estrenara la Ley de Huertos Urbanos. De hecho, esta ciudad es una de las urbes con más huertos urbanos.
FUNIBER patrocina una gran variedad de programas universitarios centrados en ofrecer a los profesionales información completa y actualizada sobre diferentes iniciativas para revitalizar el papel de las ciudades. Uno de los cursos ofrecidos es la Maestría en Proyectos de Arquitectura y Urbanismo.
Fuente: Ciudades resilientes, los huertos urbanos
Foto: Todos los derechos reservados.