Una rama emergente de la ciencia apta para todo el mundo
Si de algo presume la ciencia es de tener la evolución del ser humano y su calidad de vida como prioridad. Lejos se han quedado las investigaciones por profesionales titulados en laboratorios clandestinos. Ahora se han trasladado a los garajes de nuestras viviendas donde nosotros mismos podemos “jugar” a ser científicos.
Así nace, de la unión de biología y hacking, el biohacking. Esta nueva praxis une la defensa de la información libre y accesible para todos de la ética hacker con la ciencia de la biología. Pero, ¿quién es el sujeto o centro de las investigaciones en esta “rama” de la biología? Por supuesto, el ser humano.
Es el caso del investigador Gabriel Licina de Science for the Masses de California que se inoculó, tras varias pruebas en ratones, el cloro e6. Este tetrapirrol le proporcionó visión nocturna con un alcance de 50 metros. El efecto le duró varias horas.
No es necesario haber estudiado ciencias. Cualquiera puede alterar genéticamente o cultivar un virus en una placa de Petri con los conocimientos encontrados en internet. Para los biohackers, la información libre y la cooperación son fundamentales para la evolución de esta práctica.
Afirman sus miembros que el ser humano no es sino una máquina y que, por lo tanto, se puede mejorar. Ellos mismos se ofrecen como sujetos para experimentos con el fin de aumentar las capacidades humanas y solucionar problemas reales y cotidianos como, por ejemplo, enriquecer un plato de comida.
Aunque parezca sacado de una película de ciencia ficción es algo muy real y cada vez más gente trabaja en ello. Parte de la filosofía do it yourself o hazlo tú mismo en inglés.
La fusión fisiológica del ser humano con la tecnología no es algo nuevo. Científicos llevan estudiando esto desde hace años. Es el caso del trabajo en la universidad de Tokio, donde las investigaciones han dado lugar al invento “e-skin”. Se trata de una piel electrónica ultra flexible que podría sustituir el Smartphone antes de lo que muchos piensan.
Ya sea en forma de gadgets o como sustancias inyectables, la tecnología avanza sin pausa hacia el futuro. Tan solo nos queda saber si nosotros permaneceremos como los humanos de ahora o nos convertiremos en algo más.
Fuentes: http://fnbr.es/345, http://fnbr.es/346, http://fnbr.es/347
Foto: Todos los derechos reservados
Autora: Natalia Blanco