¿Cómo se relaciona la dieta con el cáncer colorrectal?

El cáncer colorrectal, el tercero más común a nivel mundial, afecta a millones de personas cada año. Su incidencia varía significativamente entre países de altos y bajos ingresos, lo que sugiere que los factores ambientales y de estilo de vida desempeñan un papel crucial en su desarrollo. Un reciente estudio, publicado en la revista Nature communications, que analizó los hábitos alimenticios de más de medio millón de mujeres durante más de 16 años, arroja luz sobre cómo ciertos alimentos y nutrientes pueden influir en el riesgo de desarrollar esta enfermedad. 

El cáncer colorrectal es más frecuente en países de altos ingresos, como los europeos, América del Norte, Australia, Nueva Zelanda y Japón, mientras que en países de bajos ingresos, como en África y el sur de Asia, las tasas son menores, aunque están aumentando. Además, se ha observado que las tasas de cáncer colorrectal en personas migrantes tienden a adaptarse rápidamente a las del país al que se mudan, lo que sugiere que el estilo de vida y el entorno influyen en su desarrollo.

La dieta y el cáncer colorrectal 

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasifica el alcohol y la carne procesada como carcinógenos (Grupo 1) y la carne roja como probablemente carcinógena (Grupo 2A), basándose en evidencia que incluye su relación con el cáncer colorrectal. Por otro lado, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) concluye que las personas que consumen más alcohol y carne procesada tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, mientras que las personas con elevado consumo de alimentos lácteos, cereales integrales y nutrientes como calcio y fibra dietética tienen menos prevalencia de desarrollar este cáncer. Sin embargo, la evidencia sobre otros alimentos y nutrientes sigue siendo inconclusa debido a limitaciones en los estudios, como errores en la medición dietética o muestras pequeñas.

Metodología del estudio 

En el estudio titulado «Diet-wide analyses for risk of colorectal cancer: prospective study of 12,251 incident cases among 542,778 women in the UK», se evaluaron diversos factores dietéticos en relación con el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, utilizando datos de 542, 778 mujeres del Reino Unido con una edad promedio de 56 años, de las cuales 12,251 desarrollaron cáncer colorrectal durante un seguimiento promedio de 16 años. Entre 1996 y 2001, fueron contactadas las participantes para llenar cuestionarios sobre factores demográficos, sociales y de estilo de vida. Tres años después, se les realizó una encuesta detallada sobre sus hábitos alimentarios que incluyó preguntas sobre la frecuencia de consumo de alimentos y bebidas, permitiendo calcular las ingestas diarias promedio de nutrientes. 

10 años después, aproximadamente, se realizó otro cuestionario dietético online de 24 horas para complementar el análisis dietético. En cuánto a la relación entre la dieta con el cáncer colorrectal  fue evaluada mediante el seguimiento de las participantes a través de registros del Servicio Nacional de Salud (NHS), clasificando los casos de cáncer según su ubicación (proximal, distal o rectal). Este enfoque permitió un análisis exhaustivo de la dieta y su impacto en la incidencia del cáncer colorrectal. 

Alimentos que contienen calcio y fibra para reducir el riesgo de cáncer colorrectal sobre un fondo gris.
El consumo de alcohol y carnes rojas o procesadas incrementa el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, mientras que el consumo de alimentos que contienen calcio y fibra reducen el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Resultados relevantes

Se identificaron asociaciones significativas entre ciertos alimentos y nutrientes con el riesgo de desarrollar esta enfermedad. El consumo de alcohol y carnes rojas o procesadas mostró una relación positiva con el desarrollo de cáncer colorrectal, mientras que los alimentos ricos en calcio como la leche y el yogur, presentaron una fuerte asociación protectora. Otros nutrientes presentes en los lácteos, como el magnesio, fósforo y potasio, también mostraron efectos beneficiosos. Los hallazgos fueron respaldados por análisis genéticos que sugieren un papel causal del calcio en la reducción del riesgo. El probable efecto protector del calcio podría deberse a su capacidad para neutralizar ácidos biliares y grasos en el colon, reduciendo su potencial cancerígeno. Además, estudios experimentales sugieren que el calcio puede mejorar la salud intestinal al promover la diferenciación celular, reducir el daño oxidativo y proteger la mucosa intestinal. 

Por otro lado, se observaron asociaciones protectoras relacionadas con alimentos como cereales integrales, frutas y nutrientes como fibra y vitamina C, aunque estas relaciones podrían estar influenciadas por factores relacionados con el estilo de vida. La fibra, en particular, parece tener un efecto protector al reducir el tiempo de tránsito intestinal y promover la formación de ácidos grasos beneficiosos en el colon.

El estudio también confirmó que el alcohol incrementa el riesgo de cáncer colorrectal, posiblemente debido a la producción de acetaldehído, que daña el ADN y genera compuestos cancerígenos. En cuanto a la carne roja y procesada, su asociación con el cáncer podría explicarse por compuestos como el hierro hemo (se ha descubierto que puede causar mutaciones en el  colon), cocinar a altas temperaturas  (genera sustancias dañinas) o los métodos de conservación como el ahumado o el uso de nitritos o nitratos de sodio que pueden producir compuestos dañinos.  

Implicaciones finales 

Este estudio no solo refuerza las recomendaciones actuales sobre la reducción del consumo de carnes procesadas y alcohol, sino que también destaca la importancia de una dieta rica en fibra y productos lácteos para la prevención del cáncer colorrectal. Además, introduce la necesidad de realizar evaluaciones dietéticas más precisas y completas en futuras investigaciones, dado que los errores en la medición dietética pueden influir en los resultados.

La relación entre la dieta y el cáncer colorrectal es compleja, pero este estudio proporciona una base sólida para entender cómo ciertos alimentos y nutrientes pueden influir en el riesgo. Adoptar una dieta equilibrada, rica en fibra y baja en carnes procesadas, no solo puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal, sino también mejorar la salud general. 

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Fuente: Diet-wide analyses for risk of colorectal cancer: prospective study of 12,251 incident cases among 542,778 women in the UK