El transhumanismo es una corriente filosófica que une tanto el deseo como la creencia de que el ser humano evolucionará a través de la integración con la tecnología, que ayuda a superar los límites del cuerpo.
Con la ayuda de dispositivos digitales, se cree que superaremos las habilidades innatas que tenemos, tanto nuestras capacidades cognitivas como las físicas y psicológicas.
Esta corriente de pensamiento se concretó principalmente en el siglo XX a través de un movimiento que se desarrolló junto con la ciencia y las ideas futuristas. El término fue acuñado por el biólogo Julian Huxley, quien publicó un artículo proponiendo un cambio de paradigma entre la vida humana y una trascendencia de nuestra especie a través de la extensión tecnológica.
En 1998 se fundó la Asociación Mundial Transhumana, que buscó, a través de la Declaración Transhumana, lanzada un año después, las bases de este movimiento.
Entre los principales autores se encuentran Nick Bostrom, David Pearce, Aubrey de Gray y Natasha Vita-More, Ray Kurzweill, entre otros. Este último cree que en un futuro no muy lejano, “la humanidad podrá sufrir un cambio tan profundo, haciendo que sus capacidades superen tan excepcionalmente a los seres humanos que ya no podríamos decir “humanos”, sino “poshumanos” o “posthumanidad”.
Entre los temas tecnológicos más importantes se encuentran la nanotecnología, la ingeniería genética, la cibernética y la inteligencia artificial.
Las experiencias instigan, pero ¿es la tecnología amiga o enemiga?
El transhumanismo se resbala, sin embargo, con algunas cuestiones éticas, ya que los límites dependen de nosotros, de cómo cada uno utilizará la tecnología para interferir tanto en su propio cuerpo como en el de los demás. Además, se enfrenta a cuestiones de orden religioso o espiritual.
Muchos critican que el transhumanismo quiera jugar a ser Dios, sin embargo, como muchos seguidores del movimiento, esta es realmente la propuesta. Para ellos no hay problema, al contrario, se cree que es una evolución que puede ser muy positiva ya que podría evitar el dolor y el sufrimiento, habilitar y/o ampliar habilidades y transformar la experiencia humana.
Los transhumanistas creen que la próxima humanidad será mucho mejor, principalmente por la capacidad intelectual tecnológica, y piensan que la única posibilidad es sobrevivir a esta nueva condición.
Si esta transformación es inevitable, con el desarrollo tecnológico, nos queda pensar cómo se hará. Puede ser posible, pero puede que tampoco sea aceptable. La bioética tiene un papel fundamental en este debate que suele ser cada vez más necesario.
FUNIBER impulsa el Maestría en Bioética a través del programa de Becas.
La lección distópica del coronavirus: somos mortales, no hay alternativa
Transhumanismo: ¿en qué consiste este movimiento intelectual?