Investigadores identificaron químicos nocivos en la orina de pacientes que se alimentaron con comida rápida.
Una investigación reveló que las personas que se alimentan frecuentemente con comida rápida suelen tener niveles de ftalatos en la orina que pueden ser entre un 24% y un 40% más altos que en el caso de personas que no consumen comida rápida. De acuerdo a Ami Zota, profesora de la Universidad de Washington, los ftalatos pueden afectar el desarrollo del sistema reproductivo masculino y se ha vinculado a esas sustancias con defectos congénitos, problemas de conducta en la infancia y enfermedades crónicas en menores como el asma.
Se encontraron asociaciones estadísticamente significativas entre la cantidad de comida rápida consumida 24 horas antes de la prueba, y los niveles de di(2-etilhexil) ftalato (DEHP) y el diisononilftalato (DiNP), sustancias que son utilizadas para hacer que los plásticos sean más flexibles y que podría encontrarse en los paquetes para la comida y en las máquinas para procesar alimentos. Sin embargo, el estudio no probó una relación causal entre el consumo de comida rápida y la exposición a los ftalatos, siendo necesario realizar más estudios.
De acuerdo a la organización sin fines de lucro Environmental Working Group, enfocada en combatir problemas de salud ambiental, el Congreso de Estados Unidos prohibió permanentemente el uso de DEHP y DiNP en los juguetes, biberones y chupetes de los niños.
Zota, autora del estudio y profesora asistente de salud ambiental y ocupacional del Instituto Milken de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Washington, indicó que las sustancias químicas pueden pasar a los alimentos tanto en la cocción como al servirlos. Además otra especialista indicó que los ftalatos podrían llegar a la comida durante su procesamiento.
Para este estudio se analizaron datos de casi 8900 personas que participaron en una encuesta de salud y nutrición, realizada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
De acuerdo a los datos encontrados por Zota y su equipo, mientras mayor era el consumo de comida rápida de las personas que participaron en el estudio, más alta era su exposición a ftalatos. Aquellos que reportaron un mayor consumo de comida rápida tenían niveles un 24% más alto del producto secundario del DEHP en la muestra de orina y niveles un 40% más altos de productos secundarios de DiNP, en comparación con aquellos que no consumieron comida rápida un día antes. También se encontraron niveles más altos de bisfenol A (BPA) en las personas que solían alimentarse con comida rápida, aunque no se pudo probar una asociación entre la presencia del químico y el estilo de alimentación.
Lisa Dry, representante de la industria química criticó el estudio «Los autores reconocen que una limitación del estudio es que no pueden establecer un vínculo entre ninguna exposición a los ftalatos y el consumo de comida rápida», señaló la ejecutiva.
Los estudiantes de Nutrición de FUNIBER se mantienen atentos a los estudios y recomendaciones relacionados a la salud de los pacientes para brindar las mejores recomendaciones.
Fuente: Medline
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