El crucero más grande del mundo, ¿será el más contaminante?

Icon of the Seas ha zarpado desde Miami hasta el caribe dejando atrás mucha contaminación.

El 27 de enero de este año, desde la costa de Florida, Lionel Messi, junto con los jugadores del Inter de Miami, rompieron una botella contra el costado de Icon of the Seas. Se ha inaugurado el crucero más grande del mundo. Mide 365 metros de largo. A bordo, 7.600 personas podrán hacer uso de los 40 bares y restaurantes, 20 cubiertas y siete piscinas. El costo del boleto se encuentra entre 1,600 y 6,000 euros. Pero el costo ambiental es mucho mayor. 

Con un peso de 250,800 toneladas, esta bestia requiere de mucha energía para realizar su recorrido, día tras día. Originalmente, se había planeado utilizar baterías renovables para hacer este viaje más sostenible, pero ese plan no resultó. Muchos puertos simplemente no están equipados para recargar baterías de tal magnitud. 

La alternativa fue usar gas natural licuado, una gasolina que emite 25% menos dióxido de carbono. Sin embargo, sus motores permiten la fuga del metano, un gas invernadero que calienta ochenta veces más que el dióxido de carbono. El metano es el segundo gas que más contribuye al calentamiento global.

Los cruceros generan altos niveles de contaminación 

The Icon of the Seas no es el único crucero culposo de generar altas emisiones. De hecho, en 2022, los cruceros que atracaron en puertos europeos, emitieron la misma cantidad de óxido de azufre que mil millones de autos. Eso, tan solo de un continente. 

De acuerdo a un estudio del grupo ambiental “Friends of Earth,” un viaje por un crucero contamina ocho veces más que viajar en un avión y quedarse en un hotel. Estas preocupaciones ambientales han hecho que Barcelona, Ámsterdam y Venecia prohibieran o limitaran el aparcamiento de cruceros en sus puertos.

El uso de cruceros de esta escala, ha propiciado más conversaciones sobre la sostenibilidad en el viaje y el consumismo en masa, ya que empujan la contaminación a una escala sin precedentes. 

Tres cruceros en una bahía.
Un viaje por un crucero contamina ocho veces más que viajar en avión y quedarse en un hotel.

Según Véronique Bussières, directora de conservación biocultural en CPAWS Quebec, los cruceros nunca serán vehículos de turismo sostenible, señaló en una entrevista con Radio-Canada. Para viajar en un crucero, se necesita mucha gasolina. Para llegar a un crucero, se necesita tomar un avión. Todo se acumula en alto desgaste ecológico. “En un momento en que necesitamos acelerar el abandono de los combustibles fósiles, estamos perdiendo el tiempo al pasar de una energía fósil muy sucia a otra energía fósil perjudicial para el clima,” agrega Bissières. 

Además de los cruceros, están los turistas, dijo Bissières, a quienes no se les puede confíar la responsabilidad de cuidar el ambiente. La responsabilidad está en no hacer el viaje inicial, lo más adecuado es planear unas vacaciones diferentes, tomando en consideración el bienestar del planeta. 

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Fuente: Surgen dudas con el crucero más grande del mundo por su emisión de metano: ¿Es seguro para el medio ambiente? 

Icon of the Seas: el crucero más grande del mundo realiza su primer viaje